En nombre de la dignidad, la decencia y apelando a la humana objetividad, despojémonos de los ojos de hipocresía al juzgar a los hermanos hondureños. Si acaso queremos etiquetar como golpe lo sucedido en Honduras, el cual se sale de todo silogismo conocido como tal, entonces a fuerza de ser honestos no tenemos más remedio que reconocer que no es menos golpe lo que iba a suceder.

Esa consulta que ahora se ha degradado a una “simple encuesta no vinculante” traía en su envoltura de inocencia toda una bomba devastadora.

Preguntémonos con una pizca de sentido común, ¿Si era una simple consulta; si ya estaban los candidatos y la fecha perentoria de las elecciones y sin ninguna probabilidad de reelegirse, por qué tanta testarudez de, incluso violentar y saquear las instalaciones de la institución armada para recuperar y ejecutar a cualquier costo su plan?.

¿No les parece sospechoso?. ¿Si la Corte Suprema de Justicia y el Congreso por unanimidad, incluyendo su partido estaban en su contra, por qué insistía en su objetivo en contra de la misma legalidad?

Casi nadie sabe o no quieren ver a propósito, que el sábado a plena oscuridad de la noche el Presidente emitió y publicó el decreto en La Gaceta, que convertía la “simple consulta” en un llamado a una asamblea constituyente; lo cual significaría que el lunes siguiente los poderes que se habían alineado en su contra estarían disueltos; y toda la ilegalidad que había arrastrado, por arte de magia desaparecería al establecer de esta manera su propia constitución y toda la superestructura del sistema que había importado y que ya tenía con todo y embalaje en los corredores de la traición, engaño e imposición al pueblo hondureño.

Otra pregunta, ¿Habría que esperar la voluntad del pueblo manifestado a través de su voto?, ¿Acaso no estamos viendo la democracia en el otro vecino Nicaragua, por ejemplo?

Es que se trataba de un combo: sistema, constitución, prepotencia y “papeletas” importadas de Venezuela, y por lo tanto, ya venían hasta marcadas. ¿Todavía creen que es la voluntad de la mayoría del pueblo venezolano y nicaragüense entre otros tener ese sistema?

Aún todavía, más de alguien balbuceante preguntará, entonces, ¿Por qué no lo capturaron y lo pusieron a la orden de la justicia?; respire, y si todavía persiste la pregunta, pues solo mire la prepotente violencia de sus seguidores al asaltar las instalaciones de la fuerza armada.

Si lo hubiesen capturado, esa turba dispuesta a todo hubiese provocado un inevitable baño de sangre. Definitivamente lo hecho fue lo más sabio.

Ahora ven que todo estaba maliciosamente tramado para que el mismo lunes siguiente se ejecutara el golpe a todas las instituciones hondureñas.

Asimismo, aquello fuera en este momento una gran pesarosa noticia en todo el mundo; pero como estaría disfrazado con la máscara de la democracia tendría que ser aceptado de cualquier manera.

Enorme coraje y valentía de los hermanos hondureños al no dejarse madrugar y contaminar con ese cáncer que ya ha carcomido a muchos países.

Ahora resulta que el depuesto presidente acepta todos los acuerdos del diálogo propiciado por el presidente Arias, al cual de hecho, el resto de su pandilla ya ha menospreciado; ¿Tampoco les parece sospechoso?

Una vez instalado haría lo que tiene que hacer. Impulsaría una inestabilidad y descalabro institucional que al contar con el apoyo de los petrodólares concretaría su tan soñado proyecto calcado e importado.

Pero lo más triste de todo es que casi toda la comunidad internacional y los organismos americanos y mundiales están obcecadamente empecinados en restituir al hombre, importándoles un bledo la voluntad, soberanía y toda la institucionalidad del pueblo hondureño.