Siervos de la apatía
Escrito por Ricardo Ciliberto Bustillos   
Lunes, 29 de Mayo de 2023 00:00

altA estas alturas, bastante y suficiente se ha hablado del frustrado proceso electoral de la UCV.

Cualquier argumento en pro o en contra de sus autoridades y, específicamente, del Consejo Universitario, no va cambiar el desenlace de este lamentable fracaso, además que sería como llover sobre mojado. Lo que si es inexcusable es la conducta asumida por unos cuantos “revoltosos” al atropellar e insultar a la rectora García-Arocha y su equipo de trabajo, al extremo de causar destrozos en algunas instalaciones del recinto académico. No obstante, y dejando a un lado este contratiempo, ya hay fecha para efectuar las ansiadas e imprescindibles elecciones. Según entendemos, serán el próximo viernes 9 de junio.

De otra parte, quisiéramos enfatizar algo que no puede pasar desapercibido: esta convocatoria electoral de verdad que sacudió y despertó la fibra democrática nacional. En otras palabras, causó un entusiasmo inusitado y - en consecuencia - produjo la decisión de participar de todos aquellos que hacen vida en este importante centro de estudios. Es más, Venezuela entera estuvo pendiente de su realización y resultados.

¿Qué significa esto? Que la jornada comicial de la UCV nos permite aseverar que la fe y convicción democrática del venezolano esta vivita y coleando, como decimos popularmente. Y ello serviría para despertar fuerzas que podrían desatar los nudos de la impaciencia, la desconfianza y la abstención en futuros eventos comiciales a realizarse en innumerables sindicatos, gremios y demás universidades, por ejemplo, hasta llegar a las elecciones presidenciales previstas para el próximo año.

La gente quiere manifestarse. Ejercer su derecho al voto. Expresar, mediante el sufragio, su opinión. Un derecho, por demás inalienable, previsto en la Constitución.
Hasta la saciedad se ha dicho que la democracia tiene sus debilidades, fallas y omisiones. Pero la anti-política propicia gobiernos autoritarios que buscan, a toda costa, como bien apuntó Hanna Arendt, “la servidumbre voluntaria”.

Criticarla sin piedad, en demasía, el obstaculizar cualquier desempeño, denostar de sus principales instituciones sin motivo y sin razón, es promover, en el fondo, un régimen de corte dictatorial, porque si a ver vamos, no hay otros: O dictadura o democracia.

Sostenemos que la inmensa mayoría de los venezolanos aprendió la lección. Y el gobierno lo sabe. Más del 80% de la población rechaza esta administración. Como contrapartida, hay que fomentar la esperanza en un país mejor y para ello, nada más lógico, viable y conveniente que acudir a cuantas elecciones sean necesarias y previstas. Solo así lograremos la firmeza y seguridad que necesitamos para la “rehabilitación ciudadana”. Si, porque tenemos que devolver a los ciudadanos los derechos que, por culpa de este régimen, le han sido violentados y negados.

Las elecciones de la UCV, más allá de los deplorables acontecimientos, pueden convertirse en la chispa que encienda los motores de la libertad, de la pasión y fe en la democracia y – consecuentemente – en la fuerza y poder del voto. No permitamos más nunca convertirnos en siervos de la incredulidad y sobre todo, de la apatía y el autoritarismo. La UCV es un campanazo que hay que oír y entender.

 

|*|: Especial para www.opinionynoticias.com


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