¿Un golpe militar para preservar una democracia? ¿Unas elecciones para instaurar una dictadura? “O América Latina se deslastra de sus tópicos y abre los ojos ante los profundos cambios que han comenzado a verificare a escala regional, o los hechos nos atropellarán como una manada de bisontes."

“Nos convertimos en diputados del Parlamento con el fin de paralizar la democracia con sus propios medios”.

Joseph Goebbels

 “O América Latina se deslastra de sus tópicos y abre los ojos ante los profundos cambios que han comenzado a verificare a escala regional, o los hechos nos atropellarán como una manada de bisontes. Sólo quienes comprendan las tendencias profundas de estos tiempos tendrán alguna chance a acoplarse al vertiginoso curso de la historia. Los otros quedarán rezagados ante el avance de los hechos.”

En los dos extremos de América Latina – Honduras y Argentina – se están verificando cambios de profundo calado estratégico que podrían anunciar grandes transformaciones en el panorama geopolítico regional.

 En Argentina el Kirchnerismo, y con él toda una estrategia de poder de extrema izquierda cuyo objetivo seguía la corriente del teniente coronel Hugo Chávez y el extremismo bolivariano, han sido severamente dañados por la emergencia de nuevos liderazgos. Que si bien no constituyen una alternativa diametralmente opuesta a las corrientes fundacionales del peronismo, acentúan otros anhelos y otras propuestas para el futuro inmediato de la gran nación sureña.

Dos o tres figuras nuevas en el candelero provocan el eclipse de Néstor Kirchner, que ha debido renunciar incluso a la jefatura de su partido: Francisco de Narváez y Mauricio Macri, de UNION PRO. Junto a ellos otras figuras relevantes para el proceso presidencial de 201, como el triunfador Reuteman. Un nuevo programa de país, un nuevo lenguaje, una nueva realidad que parece darle la espalda al expansionismo bolivariano.

Los resultados electorales argentinos, de la mayor trascendencia para el futuro de la región, se han visto opacados en la atención mediática internacional por el bizarro golpe de estado hondureño, que algunos analistas venezolanos, profundos conocedores del tejemaneje del teniente coronel Hugo Chávez, califican de “golpe al Golpe”. Una situación en extremo confusa, incluso contradictoria. Pues al entender de estos analistas, el ejército hondureño no ha hecho más que obedecer las instancias civiles con el fin de restaurar la plena vigencia de la constición y garantizar la realización de las próximas elecciones presidenciales.

En tanto que las pretensiones plebiscitarias y electoreras de Manuel Zelaya tendrían un propósito diametralmente opuesto al aparente:            introducir a la fuerza de las urnas mediante un golpe blanco y desarmado una consulta plebiscitaria con el fin de cumplir a plenitud los propósitos que en su momento expresara el nazista alemán Joseph Goebbels con meridiana claridad: “nos convertimos en diputados del Reichstag – parlamento alemán – con el fin de paralizar la democracia de Weimar con su propia ayuda”. Parafraseándolo, bien podría afirmarse que Zelaya pretendió introducir la consulta para asaltar las instituciones.

Un golpe que establece la normalidad constitucional. Y una consulta electoral que pretendía asaltar el Poder. Bizarro al extremo: un mundo al revés. O América Latina se deslastra de sus tópicos y abre los ojos ante los profundos cambios que han comenzado a verificarse a escala regional, o los hechos nos atropellarán como una manada de bisontes. Sólo quienes comprendan las tendencias profundas de estos tiempos tendrán alguna chance a acoplarse al vertiginoso curso de la historia. Los otros quedarán rezagados ante el avance de los hechos.
           
 
 Especial para opinionynoticias.com