La guerra ciberespacial
Escrito por Alexis Aponte | X: @alexisaponte14   
Martes, 18 de Junio de 2019 06:30

altLa fuerza y el nodo militar estratégico de los países desarrollados se centrarán en robots, comandos especiales, vehículos no tripulados

La guerra comercial

El presidente de los Estados Unidos ha venido desarrollando una guerra comercial en todo el planeta, cuyo propósito es solidificar el liderazgo político comercial en sus áreas de influencia. Su enfrentamiento con China, a la cual le ha aplicado variadas sanciones económicas, que van desde la anulación  de tratados comerciales firmados, aumento de aranceles a todos los productos importados chinos y el más reciente, el enfrentamiento entre Google y Huawei, al prohibirle el Departamento de Comercio de los EE.UU. el uso de software de manufactura norteamericana en el sistema operativo de los teléfonos chinos. 

Hace 15 días le tocó a México. El presidente Trump amenazó a éste país  con un aumento en  los aranceles comerciales, a todos los productos de origen mexicano, si éste país no tomaba medidas drásticas para impedir el ingreso de inmigrantes a los Estados Unidos a través de la frontera de ambos países. De inmediato el presidente Andrés Manuel López Obrador, negoció con su contraparte y se comprometió a desarrollar un paquete de medidas para evitar que su país se convierta en una puerta inmigratoria a Norteamérica. Esto permitió que el departamento de Comercio de los EE.UU, suspendiera la sanción comercial, porque de lo contrario hubiera significado una estocada a la economía mexicana. 

Irán está atravesando una crisis económica, paliada en parte, por el aumento de los precios del petróleo, pero que ha afectado su economía, como consecuencia  de las sanciones económicas impuestas por el presidente Trump. Esto ha limitado el expansionismo iraní y creado cierto descontento a lo interno de dicho país, dada las limitaciones económicas. 

Rusia ha recuperado cierto terreno en sus áreas de influencia, a pesar de los grandes problemas económicos internos que confronta,  como consecuencia de algunas sanciones impuestas por los Estados Unidos, pero no se puede negar que es una potencia militar además de dirigida por un autócrata con deseos de revivir el orgullo soviético. 

El caso más reciente es Cuba, al cual el gobierno norteamericano le ha endurecido las sanciones económicas, al prohibir a los cruceros con bandera de los EE.UU. hacer turismo en territorio cubano. Esta decisión es mortal para la pobre isla de Cuba y por ende para el pueblo cubano, el cual en un alto porcentaje depende de la actividad turística. Tal medida es una más, como presión al gobierno cubano, para que deje de ser la sustentación política al gobierno venezolano.  

Todas estas decisiones comerciales son un instrumento, nada nuevo en el mundo de la economía internacional, se remonta más allá de la creación de las ciudades estados, que protegían su actividad productiva y comercial con la aplicación de impuestos a muchos productos de otras ciudades en competencia y cuando estas no daban el resultado esperado, se recurría a la acción militar. 


La guerra tecnológica

Ahora bien, en el trasfondo de todas estas políticas restrictivas al comercio internacional, hay causas medulares que tienen que ver con la hegemonía geopolítica de los grandes centros de poder. No podemos negar que el mundo de hoy es multipolar. La gran potencia sigue siendo los Estados Unidos, pero hay países que han alcanzado un grado de desarrollo, el cual no se puede soslayar. Por un lado China que se ha convertido en una potencia comercial, tecnológica y militar. Tenemos la India, la cual ha logrado un importante desarrollo tecnológico y por lo tanto, debe ser tomada en cuenta en materia de innovación y desarrollo. 

El trasfondo de todas estas escaramuzas comerciales, es salvaguardar las áreas de influencia política, económica y comercial de los Estados Unidos y limitar el avance de las otras potencias. Si antes, tales decisiones se materializaban en confrontaciones bélicas, invasiones y  posesiones de territorios estratégicos, hoy día, y gracias a la globalización, se recurre a medidas económicas que estrangulan las economías objetos. Se busca el dominio de la tecnología y con ello, de desarrollos como el sistema 5G que permitiría un gran desarrollo de la economía y el comercio digital, la trasmisión de información y los sistemas de comunicaciones a nivel militar.


La guerra por el ciberespacio

La controversia era y seguirá siendo por mercados, por tenencia de territorios con minerales estratégicos, pero ahora logrado a través de negociaciones y concesiones. Se escala el conflicto  por el dominio del espacio, de la posesión de plataformas de observación ya proyectadas en la superficie lunar y en Marte. Si antes hablábamos de aviones de reconocimiento tripulados, el ayer nos sorprendió con los drones y el futuro inmediato será la versión superior de satélites y estaciones espaciales con objetivos  militares y de investigación. A tal efecto el presidente Trump ya ha girado la orden de crear cuerpos militares  especializados en la guerra cibernética y espacial. 

La comunicación siempre ha tenido un papel importante en lo militar y hoy día cobra mayor importancia dada su cobertura y estructura planetaria con flujos de información en tiempo real. Su seguridad no solamente es problema de estado, sino también del sistema capitalista, dada  su connotación económica y financiera. Su vulnerabilidad es un problema militar y económico,  y por tanto es objeto de investigación continua para lograr encriptar  data cada vez con mayor seguridad. 

El armamento militar clásico tal como se conoce en la actualidad,  se destinará a países sub desarrollados, que todavía viven de un poder cimentado en hombres en armas, blindados, aviones y buques. La fuerza y el nodo militar estratégico de los países desarrollados se centrarán en robots, comandos especiales, vehículos no tripulados y nanos buques con un alto poder destructivo. En lugar de los proyectiles conocidos el arma letal será el rayo laser. 

Comentamos todo esto para graficar la correlación entre la investigación científica, el elemento militar y la economía. Lo más importante, ¡Cuán distante estamos como continente de las tendencias dominantes del siglo XXI¡ En todo esto la educación juega un papel medular para poder tener países desarrollados y prósperos, no precisamente con poder militar, sector en el cual no podemos competir, sino con investigación y conocimiento especializado en diversas áreas del saber humano. 

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