Elecciones 2009: El clima adverso y un 29.62%
Escrito por Juan Francisco Coloane   
Martes, 15 de Diciembre de 2009 21:41

altHay júbilo en los que rechazan a la Concertación para que siga gobernando después de 20 años en el poder.  Fue expresado en un foro de radio el domingo. Como que la Concertación  había  llegado al peligroso umbral psicológico de la derrota definitiva, al descender al 29.62% en su votación de primera vuelta; la más baja de su historia. Estaba detrás del argumento ese 70 % en contra.

El clima que llevó a estos resultados va a ser en definitiva el obstáculo más formidable que la coalición oficial enfrenta para su continuidad. .  

Para la segunda vuelta, la hora más difícil no es la de Eduardo Frei o de su coalición, sino la de Chile y de la ciudadanía, particularmente aquella que respondió al coro que decía “basta de gobiernos de Concertación”.

Los argumentos dependiendo del origen, se centraban en  la mala gestión social y económica del país, en la corrupción, y en la incapacidad de solucionar problemas históricos y urgentes.

En la lectura, quedaba la sensación de un  periodo largo de fracasos.

¿Cómo alterar en 30 días ese clima en su favor, que hasta el momento es de una oposición implacable a esa continuidad?  

Considerando el bombardeo mediático más implacable en contra de una coalición en la historia política chilena, ese  29.62 % tiene el mérito de haberse obtenido bajo un clima sin compasión

En este proceso de desgaste de imagen, se introducía automáticamente el factor de la alta adhesión a la presidenta Michelle Bachelet. A la hora de juzgar a Frei, los evidentes logros conseguidos por la coalición que lo apoya quedaban en el limbo.

Esta elección se trasladó en un ejercicio contra la Concertación y la figura de Frei, y  ningún candidato perdonó, convirtiéndose en uno de sus candidatos que más obstáculos ha enfrentado para establecer su credencial del presidente que necesita Chile.

Precisamente considerando el clima y las condicionantes, es incuestionable que este  29.62%  obtenido por Eduardo Frei es de un peso mayor al asignado en el análisis convencional.

La votación tiene una marca de solidez, precisamente por las condiciones en que se consiguió: navegó con el viento en contra.   

La Concertación es blanco fácil porque simboliza el poder corporativo ligado a lo concreto y al día a día.

En cambio los conceptos atribuibles a Piñera, como derechista y prolongación del  pinochetismo pueden sonar abstractos frente al impacto inmediato y tangible de los avatares de gobernar y satisfacer a la gente.  

Nunca antes la Concertación enfrentaba en una elección presidencial a tres fuerzas que la convirtieron en el  enemigo a vencer.

La Alianza para consolidar su función de eje de esa oposición, cuenta con el apoyo de la  “tercera fuerza” electoral del 20.12% surgida para esta coyuntura presidencial con Marco Enríquez- Ominami Gumucio.

Sebastián Piñera con su 44%, quiere seducir al llamado mundo progresista que hasta ahora se siente confundido entre el abanico conceptual de Enríquez-Ominami Gumucio, las invitaciones al socialismo de Arrate, y las propuestas de la Concertación para mejorar.

El discurso de Piñera del domingo debe haber sido uno de sus más inteligentes, al decir que su gobierno va a ser de unidad, para los humildes, para mejorar la salud y la educación y que Chile supere la pobreza.   

Fue el Piñera más seductor, pero allí reside la trampita, porque la línea que separa ese discurso de la demagogia es muy delgada.  

En su discurso, el  “todos contra la concertación” puede prender para la segunda vuelta. No necesita mucho, es la prolongación del clima y al cual se acopló óptimamente el discurso que generó el 20% a Enríquez-Ominami Gumucio.  

La invitación de Arrate, que obtuvo un respetable 6.21%, para establecer unidad frente a la derecha aparece tarde, y será una tarea titánica para cambiar el clima anti Concertación generado por el bombardeo mediático de varios años.

Esa falta de unidad va más allá de las tendencias, y los liderazgos internos del llamado progresismo, o la batalla de los egos políticos.

Tiene que ver con la idiosincrasia de la Concertación por haberse asimilado (por supervivencia)  a las posiciones del neoconservadurismo que han prevalecido desde mediados de los años 80, no pudiéndose  zafar del estigma de sus comienzos para gobernar con la derecha.

En el progresismo y la izquierda multicolor a su vez, todavía existe un debate con más dudas que certezas y a la hora de ofrecer un plan riguroso que prenda en la población, ese debate pareciera estancarse. Los llamados a constituyentes son loables, aunque deben congeniar con demanda sistémica del diario vivir.

Los fundadores de la Concertación no se imaginaban que podían estar 20 años en el poder, y tampoco concebían una posible derrota frente a la actual oposición. Algo que debió haberse hecho a tiempo no se hizo, o algunos que debieron haber hecho algo en el momento preciso no lo hicieron. Siempre es así.

La Concertación para vencer debería acentuar lo positivo y el futuro. Si no le resulta, al chileno se le quedaron pegados los males del pasado, porque algo no cuadra en los porcentajes: el país no está tan en el despeñadero para que el 70 % haya votado en contra del actual gobierno.

La Tercera







blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com