Honduras veinte, Uruguay cero
Escrito por Antonio A.Herrera-Vaillant   
Jueves, 03 de Diciembre de 2009 05:51

altLa gente decente de Uruguay se pregunta cómo aquel educado país cayó en manos de un José Mujica. Sufren lo que ya han experimentado otros diversos países del Continente. Los argentinos de bien aún lamentan que una "mina" salida de bares baratos, muerta a mediados del siglo pasado, sea personaje mitológico para amplios sectores de la otrora próspera nación: Igual que un primitivo anti-héroe que responde al nombre de Diego Armando Maradona.

Ecuador tuvo su orate Bucaram para caer en un payaso llamado Rafael Correa. Evo Morales es uno más en la amplia colección de mandatarios primitivos que ha sufrido Bolivia. Nicaragua destaca por tropezar dos veces con la misma piedra; y Paraguay tiene su obispo sátiro.

Hace cincuenta años los cubanos cambiaron la sociedad más próspera y moderna del Hemisferio por una destructiva orgía de odios y resentimientos que arrasó todos los logros de aquella nación.

Y en América otros países presentan masas entregadas a trogloditas retrógrados, incapaces de administrar siquiera un abasto de cuartel.

Ahora Uruguay, que en su momento se preciaba de ser la "Suiza de América", apuesta a un atorrante resentido cuyas única credencial aparente es la cárcel por haber militado en uno de los grupos terroristas más sanguinarios y crueles de Iberoamérica.

Quizá una sólida tradición democrática y el ejemplo sensato de Tabaré Vásquez puedan contener cualquier ímpetu destructivo del desfasado septuagenario y de su aún más peligroso séquito.

Se trata de un masoquismo colectivo por parte de grandes masas de población con autoestima por el subsuelo - demolida por malas experiencias - que se creen destinadas a identificar con la hez de la tierra.

Los sectores pensantes - al burlarse de ciertos candidatos por ignorantes y mal educados - olvidan que un gran segmento marginal piensa que precisamente éstas características los representan a ellos.

Por fortuna a la larga prevalecen los valores superiores, la aspiración al logro y a la superación en la mayoría de los pueblos. Hay rayos de luz.

Los brasileros una vez eligieron un rinoceronte por alcalde de Sao Paulo. Hoy son gobernados por Lula -nada dechado de cultura y refinación - pero sorprende con la envidiable sensatez de su gobierno.

Mientras Uruguay se va a la baja, la arrolladora mayoría del pueblo hondureño sigue en alza, erguido con civismo y dignidad frente a todo un sainete internacional de sinvergöenzas y organismos celestinos que hoy no saben qué hacer. Todo pasa.

Como cantaba Daniel Santos: en el juego de la vida; unos pierden, otros ganan.

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