El MERCOSUR se constituyó como una unión aduanera,  Significando  un avance para América Latina en función de querer unificar el comercio para así poder convertirse en una potencia mundial, digna de representación y con una visión futurista

y emprendedora  ocasionando cambios positivos entre sus países miembros, para que así estos mantengan un desarrollo sustentable en Pro de la Nación.
La consecuencia política de la integración en los órdenes nacionales se tradujo en aquellos que fueron exitosos en sus propósitos, en un cambio de mentalidad tanto en su dirigencia como en la dimensión intelectual de sus habitantes.  La integración y la división del mundo en bloques creando espacios jurídicos, políticos y económicos de actuación conjunta permitieron la formación paulatina de una conciencia continental. El ciudadano adquirió de esta manera una mentalidad regional y cosmopolita a la vez, debiendo los Estados asumir la necesidad de articular lo local-global como componente de la compleja sociedad contemporánea que se expresa en términos de oportunidades y desafíos.

La captación de las inversiones es uno de los objetivos centrales del MERCOSUR. En un escenario internacional tan competitivo, en el cual los países se esfuerzan en brindar atractivos a los inversores, la conformación de la unión aduanera es una "ventaja comparativa" fundamental, pues otorga un marco muy propicio para atraer a los capitales. Aun con todas las dificultades derivadas del difícil escenario económico internacional y de los inconvenientes resultantes de los procesos de reestructuración de las economías internas, el MERCOSUR ha sido uno de los principales receptores mundiales de inversión extranjera directa.

Una de las grandes virtudes del MERCOSUR es haber logrado que el proceso de negociación se realizara sobre bases realistas, razonables y flexibles. Es decir, el gran mérito del MERCOSUR fue mantener el proceso integrador adaptando los instrumentos con flexibilidad a las realidades de los cuatro países fundadores. El resultado es el MERCOSUR posible, dadas las características y capacidades de las estructuras económicas y políticas de cada uno de los socios.
El caso del MERCOSUR denota una secuencia exactamente inversa: la integración comenzó con la firma de acuerdos institucionales, por los cuales se espera crear las condiciones como para que la integración marche a un ritmo más rápido que en otros casos de economía integradas. Esta circunstancia presenta ventajas y desventajas. En la primera etapa cabe incluir el hecho de que la creación de un ambiente óptimo para la integración debía acelerar y simplificar el proceso de creación y desviación del comercio, movilidad de capitales y demás factores productivos, etc...
La principal desventaja de anticiparse a los cambios económicos, reside en que debe ser muy firme la voluntad política para soportar las resistencias de algunos sectores de la economía ante la magnitud y velocidad de los cambios que supone la integración.
De cualquier forma, conviene tener en cuenta que la integración regional se realiza en el interior de otra integración; la que vincula a los países de América Latina con el mercado mundial. Es dentro de este contexto que tiene sentido formularse la pregunta si no desembocará finalmente en un mencionado subdesarrollo integrado, o alcanzará la fortaleza de un desarrollo común.