El Presidente, designado de derecho, Roberto Micheletti ha venido actuando con marcada sindéresis y con la vasta experiencia que da la actividad política en el ejercicio de su efímero y circunstancial mandato presidencial. No es nada fácil gobernar de improviso un país, asumiendo un cargo al que fue designado por quienes correspondía en un momento de urgencia nacional con todo el vecindario en contra. Algunos presidentes “demócratas” por su origen electoral básicamente, pero NO por su desempeño democrático, están ansiosos de que la máxima dirigencia de Honduras tire la toalla y permitan de nuevo que un verdadero gorila o aspirante a serlo regrese a su cargo que perdió por seguir malos consejos extranjeros y aspirar perpetuarse en el poder en un país donde tiene la clase política un perfecto y claro objetivo del sentido de la alternabilidad del poder. Por lo regular esos presidentes dictadorzuelos, sienten cosquillas en el pescuezo por sus desempeños, el mismo temor aquél que le manifestó al General Marcos Pérez Jiménez su curruña el General Llovera Páez el 22 de Enero de 1958;  “Marcos….vámonos porque pescuezo no retoña” y una hora después de la media noche del 23, la “Vaca Sagrada”, un Constelección  que hacía de avión presidencial despegaba del aeropuerto de La Carlota sin destino conocido, llevando “una carga incómoda”; al general Pérez Jiménez y la familia presidencial. Por lo general estos mandatarios siempre están concientes de que un día tendrán que salir de urgencia ante la decisión de un pueblo. Eso lo hemos vivido en Venezuela varias veces hasta 1958, a pesar de los fracasados intentos golpistas del actual Presidente de Venezuela. 

En Honduras los militares hicieron lo que tenían que hacer, cumplieron “una orden de arresto emitida por la Corte Suprema contra Zelaya por intentar convocar un referéndum sobre si se le debería estar permitido postularse a un segundo mandato”, así lo describió Mary Anastasia O´Grady en sus juiciosos artículos esa extraordinaria escritora. Mi humilde recomendación entonces es: Honduras NI UN PASO ATRÁS en lo esencial de la crisis. NO al retorno y NO a la amnistía.

La orden de detener a Zelaya vino de quien correspondía; de la Corte Suprema de Justicia  y del Congreso de la República, los militares cumplieron el mandato y da la impresión de que recordaron cuando en Caracas, en Abril del 2002, el Alto Mando Militar de Venezuela le pidió la renuncia al Teniente Coronel Hugo Chávez a la Presidencia de la República, “La cual aceptó”, luego de masacrar al pueblo caraqueño que manifestaba pacíficamente, dejando una larga estela de muertos y heridos, según informó el General Lucas Rincón, Ministro de la Defensa de ese gobierno. En ese Alto Mando Militar se pusieron a discutir si enviarlo al exterior o dejarlo en Venezuela para enjuiciarlo y luego de una irascible discusión se impuso dejarlo en Venezuela, craso error, el juicio podía venir después como deberá venir sin duda en Honduras. De lo que se trataba era de resolver una crisis de desestabilización del país sin mayores problemas. En Caracas los militares decidieron dejarlo preso en Venezuela, mientras tanto llegó un general de esos que nunca falta, lo rescató y lo puso de nuevo en Miraflores. Otro craso error, ese general no sabía el mal que causaba a Venezuela y hoy es víctima de su compadre el propio presidente actual y ese militar ahora paga cárcel por un miserable faltante en una caja chica cuartelera, cuando los altos jerarcas del régimen se enriquecen groseramente y el país está quebrado, hipotecado y destruido moral y económicamente.

Pero la pose del gobierno de Brasil, más bien del Presidente Lula Da Silva, es inconcebible, primero se rasga la vestimenta cuando Zelaya es destituido y expulsado de Honduras, no concibe que en una democracia, donde estén separados los poderes, cualquier funcionario puede ser destituido, incluido el primer mandatario. Luego el señor Lula rompe irracionalmente relaciones con el país y se lleva sus diplomáticos dejando un funcionario como “encargado de negocios”, posteriormente, alojado en la Embajada de Brasil “Zelaya  revela que su regreso se gestó conjuntamente con Lula y el ministro brasileño de relaciones exteriores Celso Amorim” y desde la muy afamada diplomacia brasileña se permite entonces que desde su cerrada Embajada se conforme un comando de campaña desestabilizadora de la paz ciudadana, se realicen mítines y hasta se amenaza al gobierno con las consecuencias que pudieran sobrevenir si fuera violada la inmunidad de la sede de la ausente representación diplomática y finalmente se disgusta el señor Lula porque le piden una definición sobre el estatus en que se encuentra el fugitivo ex presidente y le dan un plazo de 10 días que luego le parece insuficiente y pide una prórroga que también está dispuesto a concederla el Presidente Micheletti con su característica paciencia. Por supuesto que Brasil tiene un problema, que es el de tener que concederle un estatus al señor Zelaya y eso implica nada más y nada menos que reconocer que hay un gobierno legítimo en el país y que posiblemente tenga que restablecer las relaciones diplomáticas y reenviar a su Embajador para poder conceder asilo diplomático y eso no lo quiere hacer, para nada el señor Lula, pero sigue habiendo paciencia en Tegucigalpa.
“El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, logró hoy el apoyo que buscaba de los países miembros de la OEA, que aseguraron que no reconocerán los resultados de las próximas elecciones” (Nota de prensa EFE). Así lo expresó a los medios “Mel” Zelaya desde la “prestigiosa” Embajada de Brasil donde tiene su cuartel general y recibe instrucciones desde Caracas. Con toda seguridad no pasarán de seis los países que desconozcan las elecciones presidenciales de Honduras. Mientras tanto en Venezuela la juventud universitaria desestabiliza al gobierno en su política de amedrentar al pueblo utilizando, con abuso, al Poder Judicial incluido el propio Tribunal Supremo de Justicia y lo hace esa juventud pacíficamente y con éxito. Mucho Gusto.

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