Los ingresos del sector de las telecomunicaciones en el segundo trimestre del año, liberados recientemente por el regulador Conatel, dan cuenta de una realidad aplastante

con relación a la inflación y al impacto que ésta está generando en el entorno empresarial venezolano. 

Si bien la facturación en el segundo trimestre del año superó los 19 mil 358 millones de bolívares, con un crecimiento de 24% con relación al mismo periodo del 2013, ese número está 36 puntos por debajo de la inflación anualizada del país, estimada en 60%, lo que refleja que, a pesar del esfuerzo, lo que ingresa a las cajas de las empresas es cada vez menos para poder honrar compromisos y obligaciones en todos los sentidos. 

Y eso afecta todo, desde los servicios hasta la posibilidad de generar mayor valor agregado, pasando por los empleos, inversiones y mucho más en un entorno de país en el que los aumentos aprobados por el Gobierno para los servicios prestados por las empresas fueron máximo de 37% hasta el año que viene (este mes se aplica el segundo ajuste de 9,6%), sin derecho a realizar nuevos ajustes en el año, aun cuando la economía siga deteriorándose. 



A ello se suma que las empresas no tienen idea hoy día de qué tipo de dólar calcular para analizar la realidad y potencia de sus operaciones en el país, pues esos ingresos se debaten entre un cambio superficial de Bs 6,30 por dólar al que nadie o muy pocos tienen acceso, un cambio fluctuante hoy establecido en Bs 11,50 (Sicad 1), al que tampoco tienen mucho acceso (otorgaron divisas recientemente pero insuficientes para la mayoría de las empresas) y un valor de Sicad 2 de Bs 50 por dólar, al que no pueden ir porque no están autorizadas, por lo menos las operadoras de servicios. El paralelo es impensable. 

Ese problema las lleva a estimar sus ingresos en el segundo trimestre del año entre un impresionante número de tres mil 72 millones de dólares calculados a Bs 6,30, que no es probable que se los reconozcan y un ingreso de mil 683 millones de dólares calculados a Bs 11,50, un monto que tampoco parece posible que el Gobierno les vaya a reconocer en el corto plazo. El más cercano, el que quizás podría el Gobierno considerar si se decide a tomar decisiones inmediatas, podría establecer esos ingresos en unos 387 millones de dólares a Bs 50, una cifra que aun cuando sería 86% menor al superficial de Bs 6,30, estaría más alienada con la realidad del valor de la moneda norteamericana en comparación con el bolívar venezolano. Eso sí, sería la debacle para un sector que viene enfrentando una diversidad de problemas en acceso a divisas para inversiones y que prácticamente tiene congelados las opciones de ventas de productos y servicios por escasez de inventarios para satisfacer las necesidades de sus clientes y el mercado en general.



En Venezuela, el sector, que sigue siendo un factor importante en aportes al PIB, aunque cada vez menores, también comienza a sentir el golpe económico. En comparación con el primer trimestre del año, los ingresos apenas crecieron 5%, una cifra que comienza a reflejar el impacto de la crisis en los ciudadanos y que sólo pudiera cambiar su rostro si los aumentos de tarifas, aprobados por el Gobierno surten efecto en los próximos meses, pero igual estarán muy por debajo de la inflación, que viene creciendo sin control. 

@williampm

Tal Cual