Como profesor de negociación de postgrado en la UCV he basado el debate entre mis alumnos en el cuestionamiento de los paradigmas existentes, de allí que no utilizo aquellas bibliografías comerciales de negociación, conocidas como libros de aeropuerto, prefiero los apoyos de los trabajos seminales de Raiffa (El Arte y la Ciencia de la Negociación), Schelling (La Estrategia del Conflicto) y Muthoo (Bargaining Theory with Applications). Desde esta perspectiva, voy a hacer algunas consideraciones sobre lo alcanzado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en relación con las elecciones parlamentarias.

1. La MUD se planteó construir unas reglas de negociación con miras a lograr el máxima acuerdo unitario de candidatos a diputados. El punto a priori es que los actores centrales en una elección de este tipo son los partidos políticos y en este caso 16 de ellos se incorporaron a la MUD. Surge entonces el problema de que nos encontramos con la hora de la verdad, donde los discursos y creencias personales y grupales se confrontan con la realidad. Todas las críticas y ataques hechas permanentemente contra los partidos políticos, contra sus líderes y contra el sistema de partidos, se contradicen con las aspiraciones personales. Aquellas individualidades que “no se retratan” con algo que se parezca a un partido tienen el dilema de competir solos o con el apoyo de partidos. Las Organizaciones “no políticas”, creadas para hacer “altruismos”, que se distancian de los partidos, buscan transformarse en uno de ellos o sus líderes dan el salto a la arena política. En pocas palabras, las postulaciones exitosas a cargos de elección popular están vinculadas a organizaciones políticas permanentes. El logro del poder y su conquista pasa por muy duros caminos despejados por las reglas de la lucha política.

2. Y eso fue lo que hizo la MUD, definió las reglas de la lucha política. Así como Ley de la Impenetrabilidad de la Materia establece que dos cuerpos no pueden ocupar un mismo espacio al mismo tiempo, de igual forma donde hay un candidato no puede haber otro. Entonces si multiplicamos el número de partidos que integran la MUD nacional, sumados los partidos regionales incorporados en cada escenario y las personalidades independientes relevantes, por el número de aspirantes a diputados a nivel nacional que superaban los 3.000 y le incorporamos los infinitos argumentos de todos para justificar sus candidaturas y las infinitas redes de influencias e intereses en juego, nos encontramos frente a un escenario sumamente complejo, donde hay que emplearse a fondo para acordar reglas y respetar resultados. Recordemos que son sólo 165 cargos.

3. Es importante observar que las reglas aprobadas por la MUD fueron aplicadas al 100% del país, de allí que no se pueden sacar con pinzas casos especiales o cambio de reglas, porque impactan y trastocan todo el acuerdo nacional. Se acordaron distintos procedimientos para llegar a la regla de las decisiones por consenso y por primarias. De las reglas se desprendió que a cada organización integrante de la MUD, de acuerdo a su fuerza electoral en cada sitio, le correspondía un orden de escogencia, el cual pasaba a ser una decisión interna de cada organización política, sin la existencia de veto por parte del resto de las organizaciones. Donde no hubo acuerdos se utilizo el método de las primarias.