El colapso de Alí
Escrito por Fernando Luis Egaña   
Lunes, 19 de Abril de 2010 12:41

altEl ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, parece que viviera en una especie de burbuja que le separa de las penurias cotidianas que afectan al conjunto de los venezolanos en la materia propia de su actual cartera ministerial: el colapso del servicio eléctrico.

Y ello, entre otras razones, porque acaba de declarar en rueda de prensa que "el Gobierno está en capacidad de afirmar que en el país no hubo, no hay y no habrá colapso eléctrico"....

Con estilo habilidoso, tanto él como su jefe han tratado de equivaler el concepto de "colapso" con el de "oscurana definitiva" o cesación de la generación y transmisión eléctrica. Escenario imposible de alcanzar aún con las omisiones y acciones de la llamada "revolución bolivarista".

Después de todo, el Estado nacional en el siglo XX desarrolló  uno de los sistemas eléctricos más importantes de América Latina, que éstos 11 años de negligencia crasa y supina no han podido abatir del todo.

Pero la muy precaria situación de ese sistema ya equivale a una realidad de colapso o a un "estado de postración extrema y gran depresión", según la definición del Diccionario de la Lengua Española. ¿O acaso qué significan la profusión de apagones y el férreo racionamiento que se padece en casi todo el territorio de Venezuela?

Colapso hay cuando, por ejemplo, buena parte de la infraestructura termoeléctrica se encuentra paralizada por falta de mantenimiento, o cuando se tiene que sobre-explotar la fuente hidroeléctrica para mantener un flujo básico, o cuando deben cerrarse líneas de producción en las empresas de Guayana para ahorrar energía, o cuando zonas enteras el país sufren apagones generalizados y reiterados.

Colapso también se configura cuando se imponen racionamientos severos en áreas comerciales, industriales o residenciales; o cuando se establecen esquemas de multas y penalizaciones al consumo eléctrico, o cuando deben reducirse los horarios de la jornada laboral por falta de electricidad, o cuando la viabilidad de todo el sistema queda dependiendo de las estacionales lluvias, o cuando hasta en Miraflores se va la luz en medio de una cadena presidencial.

Quizá la mejor evidencia del colapso del sistema eléctrico de Venezuela, es que hace 11 años no sólo se podía satisfacer la demanda nacional sino que también se exportaba electricidad a Colombia y Brasil. Era un sistema superavitario. Y ahora el déficit es tan mayúsculo, que sólo a fuerza de apagón y ración es que se puede parapetear el suministro esencial.

Pero lo más colapsado de todo no es Plantacentro, o medio Guri, o Tacoa, o los canales de transmisión, no. Es la capacidad técnica y política de quienes han regentado el Estado venezolano a lo largo del siglo XXI.

Una de cuyas figuras más emblemáticas es, precisamente, Alí Rodríguez, ministro de Energía y Minas, presidente de Pdvsa, Canciller, embajador en Cuba, ministro de Finanzas y ministro de Energía Eléctrica. ¿Qué no hay colapso, señor Ministro? Salga de la burbuja y pregunte en la calle a ver qué le contestan....

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