¿De cuál reserva moral de la FFAA hablan?
Escrito por Gerónimo Figueroa F. | @lodicetodo   
Sábado, 23 de Noviembre de 2019 00:21

altCuando vi el video donde el niño Ricardo Melean, de 11 años de edad, con esa voz débil, narra como el teniente de la guardia nacional,

Anderson Arellano, lo torturó metiendo su cabeza en un tobo con agua, dándole cachetadas y golpeando su cabeza contra la pared, advirtiéndole bajo amenazas mayores no contarle nada a sus padres, por cometer el “delito capital” de haber desordenado el pesebre navideño en la escuela de Formación de la Guardia Nacional en el municipio Pedro María Freites de Anzoátegui, les confieso que por mi mente pasaron tantas arrecheras que tuve que ir hasta la nevera a tomar agua fría para evitar daños mayores en mi salud que de un tiempo para acá no está muy buena. 

Aunque el niño solo narra su propia tragedia, otro niño de su misma edad también fue torturado por el mismo malandro disfrazado de oficial de la Guardia Nacional. Según versiones provenientes del sur del estado Anzoátegui, varios niños estaban jugando una caimanera de beisbol en el viejo campo Petrolero de Santomé de Anzoátegui, cuando la pelota se les escapó y fue a parar al sitio donde está ubicado el pesebre navideño de la escuela de formación de guarias nacionales en el municipio Pedro María Freites de Anzoátegui. Ese fue el delito capital por el cual el malandro disfrazado de oficial de la fuerza armada torturó a los dos niños.      

Una de las arrecheras que agarré fue la de pensar en voz alta diciendo que “ojalá pusieran frente a mi ese individuo para entrarme a coñazos con él”, sin que me pesaran los 68 años de edad que tengo, contra los 24 o 26 años que pueda tener ese presunto delincuente disfrazado de oficial de la fuerza armada venezolana. También paso por mi mente lo que algunos compatriotas siguen creyendo que todavía existe una reserva moral de la FFAA. Entonces me pregunté a lo interno, de “Cual Reserva Moral de la FFAA hablan, ¿acaso la integrada por tenientes como el que presuntamente torturó a esos dos niño de 11 años?. 

Si a la actuación del teniente Anderson Arellano contra estos dos niños de 11 años, le sumamos a los que están en la frontera dejando pasar contrabando de gasolina a Colombia, Brasil, Guyana y las islas del caribe. Los que están colocados en las mal llamadas trochas cobrando en dólares a los venezolanos que huyen de la crisis humanitaria para dejarlos continuar, los que se encargan de reprimir con gases lacrimógenos dañinos para la salud o disparando metras con las mal llamadas escopetas pajizas contra los manifestantes pacíficos, la conclusión es que allí, LA INMORALIDAD ES SU DIVISA.

Sin embargo, no podemos negar que antes de la llegada de la peste roja a Venezuela en nuestra Fuerza Armada, con algunas excepciones, había moral y patriotismo. Recordemos cuando derrotaron a los cubanos invasores que quisieron entrar por Machurucuto para cometer crímenes en Venezuela, o como cuando por órdenes del presidente Rómulo Betancourt sometieron militarmente a la guerrilla comunista financiada por el asesino Fidel Castro en los años sesenta. O las que derrotaron militarmente a los golpistas del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992 cuando intentaron acabar con la democracia y asesinar la presidente Carlos Andrés Pérez. Son muchos los episodios de esa Gran Fuerza Armada que tuvimos los venezolanos.

Lamentablemente esa Fuerza Armada comenzó a ser liquidada moralmente en el segundo gobierno de Rafael Caldera, cuando algunos come flores o cómplices de los golpistas con el argumento barato y poco sólido de “unificar a la familia militar”, no solo promovieron la liberación de los golpistas del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, sino que los regresaron a los cuarteles con sus rangos y cargos con los que habían conspirado contra la democracia venezolana. Esto sin ninguna duda generó una gran frustración entre los militares patriotas que expusieron sus vidas para defender la democracia y la libertad.

Luego, esos militares patriotas que defendieron la democracia el 4F y 2N de 1992, comenzaron a ser perseguidos y dados de baja cuando el resentido de sabaneta llegó al poder con un discurso populista que fue comprado por un poco mas de tres millones de votantes de los nueve millones que tenía el registro electoral en ese momento. Esa resaca que quedaba de la otrora Gran Fuerza Armada Venezolana llegó hasta lo que fue la actuación en el plebiscito del 2 de diciembre de 2007 y las parlamentarias de 2015 cuando dieron el ultimo resto para terminar de ser liquidadas por el régimen.

A esto hay que agregar, aunque no es nuevo no deja de ser perverso, como el Padrino López y el jefe de la guardia nacional mantienen un silencio sobre este caso, más el retiro que hizo el jefe del CICPC, Douglas Rico, del mensaje que había publicado en su cuenta de Instagram anunciando la apertura de una investigación al respecto; con mas razón hay que olvidarse de la falsa esperanza que en cualquier momento la liberación de Venezuela saldrá de la fuerza armada. La salida es la intervención humanitaria activando el articulo 187#11 de nuestra Constitución Nacional, para que se actúe conjuntamente con el TIAR y el R2P de la ONU, porque con marchitas de dos horas y elecciones trampeadas no se derrota a una corporación criminal internacional como la que controla el poder en Venezuela.

 

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