Recortar los servicios no es la solución
Escrito por Paolo Montanari Tigri   
Martes, 26 de Enero de 2010 07:59

altLa decisión del Ejecutivo de recortar el servicio de electricidad con una frecuencia interdiaria en todo el país, con las desastrosas consecuencias que esa medida acarrea sobre la operatividad de las empresas, del comercio y de la misma vida cotidiana, es la clásica demostración de la incapacidad de los regímenes de extrema izquierda para enfrentar los problemas de un país, como la carencia de servicios o la falta de artículos de primera necesidad.

Claro está que si este problema de la escasez de energía eléctrica hubiera sido imprevisto o debido a causas de fuerza mayor imposibles de predecir con tiempo, la decisión tomada por el gobierno hubiera sido prácticamente forzada. Pero ése no es el caso de Venezuela porque desde hace casi diez años todos los técnicos en la materia vienen alertando a los responsables de la conducción de este país de que en cualquier momento la falta de electricidad podría afectar de una manera sumamente grave la economía y el proceso industrial del país. Había tiempo para buscar soluciones, había dinero de sobra para crear nuevas instalaciones pero, por lo visto, no había ni la buena voluntad ni la capacidad para hacerlo. Y así, frente a esa carencia de servicios que condiciona de una manera realmente grave la vida del país -cuando no falta electricidad falta el agua, cuando no falta el agua no funciona la Cantv, cuando funciona la Cantv no hay cable televisivo, cuando, por suerte, funcionan todos esos servicios, hay desabastecimientos- el gobierno, en vez de organizarse y aumentar la producción o mejorar el servicio, recurre al racionamiento, exactamente como se viene haciendo en Cuba desde hace aproximadamente cincuenta años, o sea, desde cuando se impuso la “gloriosa” revolución castrista donde el Estado suministra luz y agua solamente durante algunas horas en el día y donde la venta de artículos de primera necesidad como pan, azúcar, aceite, carne, etc. tiene una asignación limitada para cada cubano.

En eso estriba fundamentalmente la diferencia entre un régimen comunista y un sistema liberal basado en la libre empresa. En el primer caso, si la oferta de alimentos y de servicios no satisface la demanda popular, cosa muy normal en esos países, se recurre al recorte de los servicios y al racionamiento de algunos productos .... y que se “jo...robe” todo el mundo. En un sistema liberal, en cambio, el gobierno promueve y favorece la iniciativa privada a través de incentivos y de facilitaciones fiscales, para que haya una mayor oferta de productos y de servicios para compensar la demanda. Así de sencillo. Ahora bien, volviendo al problema de Venezuela, yo no soy quien para proponer alternativas viables para poder enfrentar ese gravísimo problema de la falta de electricidad, mas creo que un país con los recursos petroleros que tiene esa Venezuela donde nunca debería (uso adrede el modo potencial), faltar combustible, la última alternativa para tratar de solucionar la carencia de electricidad sea el de recortar el servicio como racionamiento.

Ciertamente los daños causados por ese tan vituperado ....”niño” han sido muy graves pero con buena voluntad y con amor a Venezuela yo confío que se les pueda poner remedio, porque, como decía Churchill, “nada está perdido hasta que todo no esté perdido”.

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El Carabobeño


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