No hay vuelta atrás
Escrito por Alexander Cambero | X: @alexandercamber   
Jueves, 21 de Febrero de 2019 02:13

altEl gobierno nacional agoniza. Pocos apuestan por la recuperación de un modelo absolutamente inviable,

la categórica voluntad venezolana está decidida a salir de este accidente histórico, son demasiados sus perjurios como para creer en algún arrepentimiento en las cercanías de estirar la pata. 

Sin embargo, trata de buscar aliados entre los espíritus débiles que ansían un diálogo que los devuelva al esplendor de los negocios. La terminante posición del presidente Juan Guaidó, hace que sus planteamientos queden sepultados entre los escombros de la cobardía. Ese silencio se alumbra con creer que una negociación; los podría devolver a la palestra ensuciada por sus inconsistencias. Eran los amables comensales bajo la luna de Rodríguez Zapatero, en República Dominicana. Como un desbocado río avanzaba el escocés entre las telarañas verbales de Timoteo Zambrano. 

Afortunadamente, la unidad nacional, construida por los ciudadanos, es el blindaje perfecto que evita cualquier desvío, esa coherencia programática tiene al régimen acorralado. Nada de sus acostumbradas pamplinadas estratégicas surten efecto en la población. Cada exposición mediática oficial es rápidamente repelida por la indiferencia mayoritaria. Ya son veinte años de un serial de capítulos con resultados magros, un cúmulo de falsedades que se asemejan al movimiento en cascadas del efecto mentira. Siempre tratando de exacerbar la épica para escudarse en la heroicidad de unos personajillos sombríos. 

En algún escondrijo miraflorino se oculta Nicolás Maduro. Sus actividades son la muestra de una creciente angustia. Ojeroso, repite los mismos panegíricos que nadie soporta, quienes lo acompañan muestran el fastidio de tener que aparecer con aquel que usurpó la presidencia. Los aplausos mecánicos que responden al libreto. Ya pocos dignatarios reciben sus llamadas, la excusa para no vincularse, es la moda en un palacio lleno de temor. Los amigos comienzan a desaparecer para tratar de salvarse: cuando el inexorable destino marque el cierre definitivo de este monumental desastre. Después de mucho tiempo la revolución bolivariana sabe que su gobierno está recibiendo la extremaunción, su situación es la de un paciente terminal. 

Ellos están conscientes que no hay vuelta atrás, que tendrán que rendir cuentas ante los órganos de la justicia internacional. Aquí no puede existir impunidad para el crimen, llegó la hora de la justicia, son tantos sus abusos y daño acumulado, que tendrán que prepararse para terminar sus vidas en una celda…

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