Réquiem por el Catire
Escrito por Nicomedes Febres Luces   
Jueves, 01 de Noviembre de 2018 07:44

altDebo explicarle a los que lo adversaban o no lo conocieron quién fue Teodoro, cuya muerte representa el cierre de un ciclo histórico en el país.

Teodoro no fue un dirigente más, él encarnó un ciclo de nuestra vida republicana. Murió a los 86 años, o sea, cuando siendo un niño abrí los ojos a la política ya Teodoro era un ícono entre sus seguidores que eran muchos, y él tenía poco menos de 30 años. Era una gran promesa política y todos lo consideraban el futuro líder del partido comunista. Fue un hombre de su tiempo, el tiempo de la Guerra Fría. Se fue a las guerrillas y cayó preso en varias ocasiones, de cuyas cárceles escapó, un poco por su coraje físico y espiritual que eran legendarios y un poco ayudado, porque era necesario acabar con la lucha armada y él era el hombre con el carisma, el coraje y la integridad de pararse ante todos y decir: nos equivocamos, los demócratas nos derrotaron, pero además el comunismo es una mierda. Lo dijo en ese pleno y en un libro llamado Checoeslovaquia, el socialismo como problema, creo que de 1967. Lo dijo en pleno apogeo del comunismo, de la Guerra de Vietnam, y más de veinte años antes de la caída del Muro de Berlín. Hacer eso en aquella época era un anatema para la izquierda, arriesgarse a que los soviéticos lo mataran, a que los castristas cubanos lo siquitrillaran, a ser llamado traidor o cualquier otra cosa peor. Fidel Castro lo odiaba.

Con Pompeyo fundó el MAS y así pulverizó al partido comunista que de un día para otro se volvió una vieja enclenque, andrajosa y maloliente. Lo siguió toda su generación y toda la juventud comunista, ya harta de tanto dogma y tanta disciplina con ese pendejo catecismo comunista. En Europa Teodoro era visto como un adelantado que había dinamitado las bases del partido comunista soviético a escala planetaria. Nos conocimos más en los tiempos de la fundación de Tal Cual, cuyo dueño, Hans Neuman, se lo ofreció cuando lo botaron de El Mundo por aquél titular de “Qué Vaina es esa”, en plena adoración del chavismo. También en la clínica como producto de un accidente y fue la única vez que lo vi perturbado. Me dijo Hans que Teodoro y yo éramos especiales para él y que hubiese querido tener un hijo como Teodoro. Debo decir también que hasta que fue dirigente del pcv lo combatí sin pausa, y aún así debo reconocer que lo admiraba por su inteligencia y su valor personal. Nunca fuimos entrañables amigos, pero teníamos una relación muy cordial y nuestras conversaciones podrían ser definidas como “francas” para decirlo políticamente, por la manera como nos hablábamos, pero eran brutales y si alguien se conocía todo el vocabulario procaz del castellano éramos los dos. Nunca nos faltamos el respeto, y así como lo combatí puedo decir que sin dudas Teodoro siempre fue un verdadero liberal, un espíritu demócrata a carta cabal, un hombre brillante, tolerante y un gran intelectual y fue su tiempo y su carisma los que marcaron su vida política y fueron esas virtudes lo que le permitieron dar el gran viraje. Si Teodoro hubiese tenido una sola gota de sangre estalinista hubiese sido presidente.

Un día hice un comentario muy tangencial en esta columna sobre su vida afectiva, porque siempre fue un hombre extremadamente sortario con las mujeres, y varias de ellas vinculadas con su pasado son mis amigas y en ese tema soy muy imprudente como soy prudente en guardar esos secretos, y todas lo describen como un hombre noble, cariñoso y otras virtudes privadas, en contraste con el difunto que era un verdadero patán y un bate quebrado. Como ginecólogo y feminista, ese tema me es caro y por eso lo pregunto y lo consigno. A través de un amigo común me mandó a decir que “de donde carajo sacó eso”. En otra ocasión le pregunté lo del Tren del Encanto y me dijo: “coño chico, yo no tuve nada que ver con eso”, pero sabes quién fue, le contesté, y me dijo: “confidencialmente fue fulano de tal (un chavista ahora) y estoy esperando que lo aclaré”. Así de gallardo era él.

Vaya para toda su familia y sus amigos, que tenía y muchos, mis condolencias por la muerte de ese titán que fue Teodoro. El más grande líder de esa generación en todos los partidos. Un gran venezolano que marcó su época. Que Dios lo acoja en su seno. Yo rezaré por él.

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