Púdica obscenidad
Escrito por Juan Guerrero | X: @camilodeasis   
Jueves, 27 de Septiembre de 2018 07:05

altEscena 1. La madre con el niño viajan al exterior. Mientras pasan por inmigración la guardia nacional le pregunta a la madre por los documentos del niño.

Los revisa. Pide una autorización. Ella le indica que no era necesario porque es la mamá y le enseña el que tiene. La militar se niega a dejarla pasar. Le insiste en el documento. La madre le dice que en la oficina le aseguraron que es suficiente con el que tiene. La oficial se niega a dejarla salir. Ella insiste. La militar, al fin cede: -Arreglemos esto. –Si viajas a Europa debes tener euros o dólares. –Dame 100 y te dejo salir. Ella le dice que no tiene nada de dólares ni euros. –Sólo tengo bolívares para comprarle agua y una galleta a mi hijo mientras esperamos para irnos. –Bueno, chica. –Ve al “Duty-Fry” y me compras chocolates, dulces y caramelos. Así debió hacer para salir del país.

Escena 2. La anciana fue dejaba en uno de los bancos del terminal de pasajeros en Maracaibo. Pasaron uno, dos, tres, quizá cuatro días. La anciana fue encontrada sin signos vitales. Murió de tristeza y soledad (-y de hambre).

Escena 3. Otro anciano se lanzó desde el puente sobre el lago de Maracaibo.

Escena 4. Otro anciano fue encontrado en la soledad de su hogar con caquexia (fase final de desnutrición)

Escena 5. Un niño llora y cuando le preguntan qué le pasa: -Es que el señor que me cogióme ofreció que me iba a dar una bolsa de comida para llevar a mi casa. –Sólo me dio una papa rellena con esta malta.

No. No Sr. Almagro. En la Venezuela de la emergencia humanitaria, decirle a Rodríguez Zapatero imbécil resulta una candorosa ofensa. Más bien un gentil susurro para que se mantenga alejado de las costas caribeñas.

Obsceno, vulgar e impúdico resulta el banquete de Nicolás y su mujer comiendo costillas de carne en un costosísimo restaurante turco, mientras el 85% de la población venezolana se encuentra en situación de pobreza.

La obscenidad, la aberración idiomática no están tanto en las palabras como en las crudas imágenes del abandono de ancianos, niños y enfermos. Es la crudeza de la híper realidad que estalla en nuestros ojos con las secuencias de enfermos crónicos que diariamente exigen su derecho a una asistencia médico asistencial, con medicinas incluidas. 

Aberrante, obsceno y grotesco resulta la actuación pública de quienes detentan el poder en Venezuela. Diariamente ofenden el pudor y la decencia de los ciudadanos mientras frente a todos los venezolanos, pasean sus fortunas entre celebraciones fastuosas y compra de bienes muebles e inmuebles, con dineros mal habidos.

Por eso estamos escuchando en los últimos años un uso idiomático subido de tono. Ya las expresiones, carajo, mierda, coño, no joda, se hacen insuficientes para calificar hechos tan monstruosos como estos y otros que indicamos.

Creo, como estudioso del lenguaje, que en la Venezuela idiomática de estos años, una investigación sobre el uso del español hablado en nuestro país resultaría de gran aporte por los sorprendentes hallazgos que se obtendrían.

Ciertamente la fuerza idiomática en boca del hablante común en Venezuela resulta con mucha más riqueza y originalidad, que aquella desajustada discursividad idiomática que exhiben los líderes políticos, sea oficialistas como opositores. Ni en esto presentan cambios ni aportes al español venezolano.

Amo profundamente esas construcciones que han nacido al fragor de las diarias protestas de los ciudadanos venezolanos. Ese Trimardito… es absolutamente lapidario. Como el Recontracoño… o el CDLM (-Eufemismo por Cuartel de la Montaña). El venezolano protestatario de estos años aprendió a hablar en claro, alto y exacto buen francés.

En fin, que de esta dramática era venezolana nos estamos acercando a su fin mientras recogemos y damos testimonio en su lenguaje más florido y arrabalero, de una neo lengua que se apropia de expresiones extremas, duras y fuertes, para expresar el sentimiento de un hablante, harto y hastiado de tanto sufrimiento y humillación.

Porque esta respuesta idiomática está siendo dirigida contra el régimen totalitario, y también, contra los pusilánimes y acomodaticios líderes opositores. Unas veces con sarcasmo y burla. Otras con dolor y tristeza. Y siempre con la certeza de una rabia contenida que es la fuerza que mueve hoy al hablante idiomático venezolano, que encuentra en su registro de voces altisonantes, la defensa contra el totalitarismo que censura, maltrata y asesina.

alt

(*)   Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla    TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1 

 

 


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com