La verdad es que este gobierno mentiroso está llegando a unos extremos de cinismo que no tienen correlato en ninguna otra parte del mundo. El presidente Chávez quiere aparecer como campeón de la lucha contra la corrupción pero después de la denuncia de Henry Ramos que destapó la olla de la boliburguesía corrupta, han intervenido bancos sólo para seguir estatizando, a tontas y locas, el sector financiero. Claro, ponen preso en la DIM a Ricardo Fernández Barrueco y al hermano de Jesse Chacón, pero no hay un solo funcionario público preso. ¿Cómo es eso?

Lo que resulta más indignante y que pone en evidencia la complicidad gubernamental es el caso del hermano del ministro Jesse Chacón. El señor Arné Chacón Escamillo, hijo de un copeyano taxista que vivía en Catia, -a cuyo hijo habría que concederle el Premio Nobel de Economía- de teniente de fragata en situación de retiro, que no debe devengar un salario mayor a cinco mil bolívares, después de haber sido Jefe de Control Fiscal del Seniat, dirigir las relaciones interinstitucionales de la vicepresidencia de la República y luego pasar por ser designado asesor del Banco Industrial, se convirtió -de la noche a la mañana, en un abracadabra- en presidente del Banco Real, propietario del 49% de las acciones de Baninvest, accionista de Seguros La Previsora, compró Indulac por 10 millones de dólares, es propietario de una hacienda de ganado y posee un stud de más de 200 caballos purasangre. Sólo por el caballo que tiene en el exclusivísimo hipódromo-casino Gulstream de Miami, que se llama “South Handyman”, paga tres mil dólares mensuales, por un puesto para ese equino revolucionario en la caballeriza. ¿Cuántos militantes, seres humanos del pueblo chavista tienen ingresos de tres mil dólares mensuales?

Se le está siguiendo juicio a Arné Chacón, sin embargo, Hugo Chávez “no lo conocía”, su hermano renunció al Ministerio, pero Chávez lo exonera diciendo que “nada sabía” de las andanzas del hermanísimo y lo premia dejándolo como gran capitoste de la dirección nacional del partido de gobierno y sin ninguna investigación abierta.

La operación era hecha a través de un circuito financiero perfecto, pues Andrade, Tesorero Nacional, colocaba dinero de bonos argentinos en pequeños bancos que después vendían para pagar la deuda al Estado y se quedaban con el diferencial. Por cierto, señor Chávez, ¿qué es de la vida de Trino Alcides Díaz, flamante Superintendente de Bancos, jefe de Arné Chacón en el Seniat y quien ordenó hacer enormes depósitos en un banco quebrado como Baninvest del que terminó siendo dueño su subalterno?

Wladimir Villegas, periodista identificado con el régimen desde sus inicios, pero hijo del célebre, por honesto, dirigente sindical Cruz Villegas, a quien emula con sus dignas posturas, ha puesto el dedo en esta llaga purulenta al afirmar en su artículo semanal en El Nacional que: “¿Eran absolutamente desconocidas en los más altos niveles, no sólo del Gobierno sino de todo el Estado las actividades de estos personajes que de repente aparecieron como potentados empresarios y banqueros? ¿Le cayó por sorpresa a todo el entramado institucional del país que unos pocos, con influencias derivadas de su condición de amigos, familiares, asociados o relacionados, estaban pasando de buenas a primeras a convertirse en `peces gordos’. Cuesta creerlo, ¿verdad?”, y finaliza su artículo diciendo una verdad del tamaño de un templo: “La sociedad toda, de la cual forman parte chavistas, antichavistas, no alineados y otras categorías, espera y está a la expectativa. Lo ocurrido es lo suficientemente grave para exigir que el `caiga quien caiga” se haga realidad, más allá de las palabras y de algunas medidas judiciales”.

Finalmente le queremos preguntar al Presidente: ¿Ud. cree que va a seguir teniendo credibilidad ante el proletariado chavista, que ve cómo le roban descaradamente sus ahorros y los dineros públicos que también les pertenecen, sin que Ud. ordene la prisión de ese entorno suyo de pillos y corruptos? Amanecerá y veremos con que otro cinismo se aparecen. ¡Recuerde, señor Presidente, que estos delitos son imprescriptibles! Los gobiernos “cleptócratas” caen tarde o temprano, lo esperamos en la bajadita.

PS: Estimado lector, por amor de Dios, a todas éstas ¿puede usted informarme dónde está el Contralor? Aquí está mi correo, por si sabe de él

Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

El Carabobeño