Plebiscito: La AN cumple o también se va
Escrito por Pablo Aure | @pabloaure   
Lunes, 17 de Julio de 2017 00:00

altEste domingo 16 de julio los venezolanos cumplieron de nuevo con sus aspiraciones de una salida democrática 

a la grave crisis nacional. Lo del domingo fue algo inédito. Quedó demostrado que la inmensa mayoría de los ciudadanos desea expresarse de manera pacífica, que prefiere votar o estampar sus firmas antes que marchar porque corren el riesgo de confrontarse con la Guardia nacional o con los colectivos del terror que son promovidos y financiados desde el alto gobierno. El “plebiscito” ratificó además que es aplastante la cantidad de ciudadanos que anhela un país diferente, gobernado por gente honesta y decente, también dejó en evidencia que los violentos son los que quieren perpetuarse en el poder, esos que desconocen el grito ensordecedor de más de doce millones de venezolanos que les expresa con nombre y cédula de identidad que: ya no los quiere, venezolanos de todas las urbanizaciones y barriadas que les piden a todo pulmón que se vayan. En efecto, el 16J a la hora que escribo esta nota 4:00 pm la cifra estimada superaba por millones los pronósticos más optimistas,  y los puntos soberanos estaban full para contestar afirmativamente  las siguientes preguntas: 

  • ¿Rechaza y desconoce la realización de una asamblea nacional constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano?

  • ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?

  • ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?

¿Y ahora qué?

La gran interrogante es lo que vendrá ahora. Ya demostramos que no queremos ver más nunca a un ciudadano arrodillado para no partirse, como lamentablemente la AN tuvo que hacerlo el año pasado cuando toleró instalarse sin los diputados del estado Amazonas, so pena de que la Guardia Nacional impidiera un acto libérrimo del Poder legislativo. Ya está demasiado claro que no queremos convivir en tiranía o aceptar que la repotencien con un fraude constituyente; le exigimos a la Fuerza Armada Nacional que obedezcan la Constitución y que se dejen de alcahuetear a un régimen que cada día las entierra más en el deshonor y en el barrial de la corruptela. Si no cumplen con lo que el pueblo les dijo en el “plebiscito” seguirán hundiéndose en el pichaque de la inmundicia.

De las tres preguntas me parece una que depende única y exclusivamente del Poder Legislativo, me refiero a la renovación de los Poderes Públicos. Esto quiere decir que ya basta que la Asamblea Nacional siga guaraleando y de rodillas, llegó la hora sin vacilación de la designación de los verdaderos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. En la primera sesión luego de la consulta plebiscitaria tienen que remover a los usurpadores que hoy reparten la justicia en lugar de impartirla de acuerdo al derecho y a la equidad. Por cierto en la selección deben primar criterios éticos y curriculares. Nada de recomendados partidistas. Nada de nombrar excandidatos a la Asamblea Nacional que representaban a la oposición o peor aún, nombrar suplentes de diputados que hoy están en ejercicio de sus funciones. Venezuela quiere un cambio de sistema no un cambio de caras.

En la hora cero la palabra la tienen los militares

Se nos dijo que a partir del plebiscito comenzaba la hora cero. Con humildad digo que desde hace tiempo vivimos esa hora cero. El ciudadano se muere de mengua en su casa, en los hospitales y en las calles. Sin alimentos, medicamentos o victimas del hampa.

Espero que los observadores internacionales, una vez más, hayan percatado la ferviente voluntad de cambio que ambiciona el venezolano. Esto no es cuestión de capricho o de necedades antiofiocialistas o antimaduristas. Tampoco es una disputa entre ricos y pobres. Nada de eso, es una lucha existencial. Es una batalla por un país mejor. No es una imagen de un candidato por el cual salimos a contestar  tres veces sí, fue el mapa de Venezuela el que nos motivó, fueron las notas del “Gloria al Bravo Pueblo” quien nos impulsó a votar en el plebiscito. 

Señores observadores y amigos de la Fuerza Armada Nacional, nuestra guía en el camino de la casa al punto soberano fueron esos tres colores que identifican nuestra bandera nacional, ante la misma bandera que ustedes prestaron el juramento de defender la soberanía nacional hasta con la vida en caso de ser necesario. ¿Han cumplido ese juramento? 

No es un empeño de quitar a Maduro porque nos caiga mal. No señores, es cambiar todo este sistema de gobierno que nos está asesinando a todos, y créanmelo, la Fuerza Armada Nacional también es pueblo y en su debido momento este régimen también las liquidará. Son ustedes los militares, lo encargados de ayudar a los ciudadanos a reestablecer el orden constitucional. Lean la doctrina, lean la Constitución, no se dejen chantajear por algunos de sus jefes. Del lado de la democracia ustedes tendrán mayores espacios que del lado de la dictadura que ahorita defienden. Les afirmo que tendrían un espacio digno porque se les reconocerá y respetará su profesión. Este régimen los utiliza para eternizarse en el poder, mientras el ciudadano se empobrece y el país se destruye. Les decía que leyeran la doctrina (o un diccionario) y busquen la palabra “dictadura” para que entiendan su verdadero significado; una vez lo lean pregúntense qué clase de gobierno tenemos en Venezuela. También les mencioné la Constitución, solo les pediré que lean dos artículos el 328 y el 333, no se los escribiré para que toquen con sus manos ese libro que recoge nuestro instrumento fundamental que es el pacto social de los venezolanos o sea, la Constitución que ahora Maduro quiere derogar porque ya no le sirve para sus propósitos de seguir acabando con lo poco que queda de país.

Señores militares: eviten una guerra civil. Lean la historia de la humanidad, es contranatura que una minoría quiera someter a perpetuidad a una inmensa mayoría. La legítima defensa y el estado de necesidad son figuras tipificadas en el derecho penal y plenamente reconocidas por el derecho internacional que justificarían cualquier acción no deseada en Venezuela. No les hablaré sobre el derecho a desobedecer que está tipificado en el artículo 350 de la Constitución, porque es un derecho humano desconocer cualquier orden, autoridad, legislación que menoscaben los derechos humanos.    

 


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