12 razones por qué no puede haber “liderazgo conciliador”
Escrito por Leandro Rodríguez Linárez | X: @leandrotango   
Sábado, 22 de Abril de 2017 01:27

altAntes de entrar en materia estamos obligados expresar nuestra irrevocable convicción hacia el liderazgo político democrático.

Sin embargo, lo que aquí exponemos no refleja nuestra preferencia, desde nuestra humilde opinión, describimos por qué en los actuales momentos el liderazgo político conciliador en Venezuela lamentablemente es una fantasía:

1)   La tónica de las relaciones políticas la impone el gobierno, como podemos apreciar en la propaganda, el verbo y la acción gubernamental lo transversal es la violencia contra sus detractores.

2)   El gobierno depende de la radicalización, sí permite la mesura no podrá distraer la atención de los problemas reales del país, convierte la política en un show.

3)   Al venezolano se le ha afectado profundamente en su identidad nacional, su esperanza, su sobrevivencia, difícilmente pueda mermar la dinámica política del momento.

4)   Ante la incapacidad de retenerlas democráticamente, el gobierno está obligado mantener el control de las instituciones del Estado violentamente, sabe que en un clima de institucionalidad recaerán sobre él todo tipo de procesos legales.

5)   El gobierno usa la violencia como brazo paralelo a las limitaciones que debieran tener los distintos organismos de seguridad del Estado, existen irrevocables pruebas de ello.

6)   Solo a través de la radicalización desmedida el gobierno puede contrarrestar al liderazgo opositor, legitima, cualitativa y cuantitativamente superior.

7)   A través de la violencia y la confrontación obliga a la oposición a incurrir en errores.

8)   En estas condiciones, un liderazgo conciliador sometería a la oposición a los designios del gobierno.

9)   A través de la violencia el régimen aparenta fortaleza, a pesar de encontrarse en el momento más débil de su existencia, del que muy difícilmente pueda sobreponerse.

10)   Sin confrontación ni radicalismo el gobierno estaría obligado reconocer los espacios ganados por la oposición, espacios que pudieran generar más simpatía a la disidencia (Asamblea Nacional, gobernaciones, alcaldías, entre otras).

11)   Sí el gobierno no radicaliza deberá permitir elecciones justas, tal y como se previó en el 2015, escenarios en los que muy difícilmente pueda volver anotarse importantes triunfos.

12)   La única manera que el gobierno acceda a la conciliación es que la forma en que se aferra al poder le resulte inútil, lamentablemente, “dialogando” no se logrará.

 

De este modo, pretender abordar la política venezolana actual, desde una perspectiva conciliadora, al margen de la radicalización, es suicida para quien lo intente, los bandos políticos hegemónicos no permiten un tercero, recibe los embates de ambos, a ese nivel la radicalización día a día se incrementa.

Aunque el ideario social anhela paz y conciliación, la sociedad ha sido inducida a la confrontación suma-cero, el daño social ha sido muy elevado. Sin embargo, el escenario de guerra civil no es posible, el gobierno posee popularidad mínima, lo que ocurre es una lucha de un pueblo cansado contra quienes se aferran al poder ¡a cualquier costo! @leandrotango 


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