El narcogobierno que hoy tenemos
Escrito por Jamie Morris | @morrisjamie   
Jueves, 16 de Febrero de 2017 00:00

altLa estabilidad y el funcionamiento de un gobierno debería ser lo cotidiano en la vida política de un país, sin embargo, en Venezuela,

 cada vez más se nos ha permitido conocer una realidad oscura que revela que el narcotráfico roe nuestras instituciones, que ha hecho surgir en nuestro país un nuevo espécimen, el narcopolítico, que de igual modo, por la intervención militar que tenemos en el gobierno del país, nos lleva a un tipo de fuerza más compleja y elaborada, el narcomilitar y que finalmente conlleva a que vivamos bajo un narcogobierno.

Esta situación no debe tomarse como un chiste ni mucho menos una ligereza, debemos comprender que ya lo que está dirigiendo nuestro destino como país se mueve bajo intereses que no lo constituyen ideologías políticas, sino criminales, de enriquecimiento personal y desprecio hacia el bienestar de nuestra nación.

Desde el año 2008 ya en Venezuela se reconocía que militares activos, retirados y algunos ministros  calificaban de acuerdo a  la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro  como “pandilleros” del narcotráfico. Este año nada más y nada menos, el Vicepresidente  del país, Tarek El Aissami, es incluido en esta lista, por facilitar envíos navales y aéreos de cargamentos de droga de más de 1.000 kgs  hacia México y Estados Unidos.

La acusación de la misma manera se extiende, ya que también se acusa al Vicepresidente actual, de coordinar, proteger y  facilitar las operaciones desde Venezuela de carteles de la droga de origen mexicano y colombiano. Esto no es nada sencillo de tratar para cualquier país, a menos que sea uno en el cual estas operaciones sean cotidianas y definan a quienes hoy ocupan sus principales cargos, por tal motivo ya más de una decena de funcionarios y allegados al régimen de Chávez y Maduro han sido sancionados, lo que nos coloca en la lista de los países con más individuos sancionados por el departamento del Tesoro, haciendo compañía a Colombia, México y Cuba.  

En retrospectiva, ya a todos los ciudadanos de este país año tras año se nos informaba bajo mediante reportes de organizaciones como la ONU, y de países como Estados Unidos, que Venezuela era país de tránsito de drogas, donde el lavado de dinero crecía producto del tráfico de estupefacientes, donde la fortuna de quienes se desempañaban bajo ciertos cargos, crecía sobremanera, aprovechando cada vez más los funcionarios de la centralización del gobierno para crear y tomar el control de empresas que sirvieran a sus intereses, familias y ambiciones, bajo un disfraz de servir para satisfacer necesidades alimenticias, tecnológicas o  de desarrollo urbanístico de los venezolanos. 

Como ejemplo, a quien se acusa de ser el designado por El Aissami para controlar sus negocios, Samark Lopez Bello, se le bloquearon la propiedad de más de trece compañías en países como Panamá, Estados Unidos, Reino Unido y Venezuela, entre otros bienes de lujo. Además se les ha bloqueado una fortuna de decena de millones de dólares.

Pero las consecuencias de todas estas acciones no pueden verse lejanas a nosotros, se ha desfalcado al país, se ha acabado con la seguridad en cada rincón y hogar venezolano al estar bajo el acecho de organizaciones delictivas y del narcotráfico en sus zonas de operaciones fronterizas. Lo peor, es que este tipo de acciones acabaron con nuestra República, pues desde lo alto de la pirámide como lo es la familia presidencial hay manos en el narcotráfico.

Nos  queda es solo exigir que se lleve a la justicia a quienes hoy caen bajo el adjetivo de narcopolítco y narcomiltar (que se reduce a un simple criminal) y los diputados de la Asamblea tienen ahí un rol fundamental, en conjunto con la prensa, en hacer que la justicia no sea una quimera. 

  


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