Odebrecht y el caradurismo
Escrito por Antonio Barreto Sira | @BarretoSira   
Martes, 14 de Febrero de 2017 02:58

altMientras Nicolás Maduro detenía y luego expulsaba a los periodistas brasileños que se encontraban en Venezuela investigando las implicaciones del caso Odebrecht

en el país, él salía en televisión aseverando que “apoyo las investigaciones del Ministerio Público en torno a presuntos sobornos”.

Es decir, ¿el régimen detuvo y luego sacó del territorio nacional a  Leandro Stoliar y Gilzon Souza de Oliveira por simple ensañamiento en contra de todos los comunicadores?

La verdad es que los periodistas del Brasil junto a sus pares venezolanos, Jesús Turbina y María José Túa, estaban desenredando el alcance de los sobornos de Obedrecht y su relación con el alto gobierno.

Y es que para Maduro cualquier investigación seria e independiente es una amenaza.

El miedo que sienten en Miraflores ante cualquier iniciativa que profundice en temas delicados, como la corrupción, hace temblar hasta la mismísima silla en el salón presidencial.

Maduro dice que apoya la investigación, pero ¿qué investigación? ¿Y con cuáles investigadores?

Maduro quiere una averiguación hecha por ellos y para ellos. Una investigación que no esté centrada en la verdad o la justicia sino que responda a los intereses de ocultamiento y encubrimiento que al régimen le conviene.

¿Por qué razón censuran medios de comunicación digitales como Maduradas? ¿Por qué motivo expulsan a periodistas extranjeros? ¿Por qué motivo Maduro dice que no quiere a CNN en Venezuela? ¿Por qué razón cercenan el derecho constitucional  de los diputados a la Asamblea Nacional a controlar al Ejecutivo? Todo esto tiene una sola motivación: El Miedo.

Si Maduro permite que portales web reseñen noticias e investiguen casos diversos, si deja que televisoras internaciones envíen a sus corresponsales, si deja que los diputados hagan sus funciones de supervisión y contraloría entonces muchas verdades y podredumbres saldrían a la luz pública.

La posición asumida por Nicolás Maduro por las pantallas de televisión es simplemente caradurismo del más burdo e infame.

El régimen sabe que los niveles de corrupción en su seno son cada vez más profundos y lapidarios. El reciente escándalo de los directivos de Petróleos de Venezuela es simplemente la estrategia del sacrificio de los peones.

La verdadera y gran inmoralidad política y administrativa se encuentra en la jerarquía del gobierno y del partido oficialista.

Odebrecht es sencillamente un caso más de los niveles de perversión económica que subsisten en el seno del país.

Como diputado estoy firmemente convencido que tenemos que iniciar un arduo trabajo de investigación, gústele o no a Miraflores, con relación a los nexos del Estado con esta empresa que posee como práctica el soborno sistematizado.

Vemos como en Perú, Colombia, Brasil  y otros países se abren investigaciones reales y serias, en torno al caso de Obredecht, en esas naciones  las instituciones independientes tienen el timón entre sus manos, no obstante aquí se ha hecho política de Estado el silencio y la complicidad.

Y frente a esto, tanto los diputados demócratas como  la ciudadanía tenemos que estar más unidos que nunca. 


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