Lo que no se dice de las transiciones
Escrito por Jamie Morris | @morrisjamie   
Jueves, 01 de Diciembre de 2016 05:20

altDentro del clamor de salir de la terrible situación política, económica y social que atraviesa Venezuela, se han presentado diversas estrategias por diferentes actores

políticos para que el gobierno no continúe su mandato, sin embargo, nada ha prosperado y el ciudadano se siente desmotivado, decepcionado y harto de la dirigencia actual.

El venezolano solo busca que exista un entendimiento mínimo para calmar sus males, por tal motivo es que apoya que exista un diálogo entre el gobierno y la oposición, pero los constantes dimes y diretes, y la falta de resultados inmediatos desespera a la población.  Como justificación del diálogo muchos lo han comenzado a relacionar como un paso inicial para lograr una transición política de forma pacífica y así acabar con el régimen actual, pero mucho falta por decir de qué es una transición y lo que ella implica a una nación, convirtiéndose esa opacidad de los actores políticos para abordar esta situación ante la opinión pública y los venezolanos en general, en incertidumbre nacional.

Una transición política no es más que un cambio en las interacciones políticas de un país, donde hay un cambio de poder en un espacio de tiempo. Esta transición opera bajo diversos componentes básicos en distintas partes del mundo, donde se evita que un país se vea atrapado en un conflicto a través del consenso general de quienes ostenta participación activa en marcar la agenda política, social y económica del país.

Con base en los diversos movimientos de transición que se han producido en la historia política de los países, es fundamental comprender que debe existir un alto nivel de deslegitimación del gobierno, donde los ciudadanos ya no crean la vocación de servicio de quien dirige el curso de la nación.  Por lo tanto ya los ciudadanos no creen que su bienestar se vea materializado en el partido oficial.  Precisamente, debido al incumplimiento de ese deber básico del gobernante, es que el país entra en una crisis económica y social profunda, a la cual la transición debe dar coto.

Por otra parte, la transición ha sucedido como una iniciativa de quien dirige la nación que se encuentra en una situación de debilidad máxima, cometiendo represiones continuas contra su pueblo, que puede ser respuesta a un movimiento amplio, que unifica al país en una resistencia civil pacífica. Esa debilidad trae consigo fracturas en los factores de poder oficial, quienes empiezan abandonar el líder actual y comienzan a realizar acercamiento con los demás partidos políticos y grupos de presión.

Desafortunadamente los acercamientos y el proceso de transición en sí, puede durar años, siendo el objeto de las reuniones y acuerdos muchas veces un secreto, pues el presente bajo el seguimiento estricto de las normas constitucionales pasa obviarse para conseguir un futuro que garantice un sistema democrático y nuevo modelo, por ejemplo, el inicio de la transición en Argentina fue con las reuniones secretas que llevaron a cabo Reynaldo Bignone, el partido Justicialista y Raúl Alfonsín. Y esto es así ya que los gobiernos autoritarios no cederán el poder de manera pacífica, lo que amerita un tipo de convivencia transitoria con elementos oficialistas.

 En España esto se conoció como la ruptura pactada, en Sudáfrica años de negociación terminó siendo un gobierno de Unidad Nacional, en Chile la convivencia con el antiguo régimen bajo la figura de Pinochet fue hasta 1998, donde figuras importantes ejercieron cargos en la administración y en el poder judicial. Incluso para la reforma constitucional en este país después del plebiscito, tuvieron que participar las fuerzas armadas, los nuevos movimientos de la derecha y la Concertación.

Aunque pareciera fácil pensar que este proceso puede ser lineal, no es así, puede detenerse y volver a comenzar, ya que todos los actores buscarán un equilibrio de fuerzas que le convengan, para que posteriormente, como producto de una aceptación de convivencia y justicia gradual entre los actores políticos, la nación pase por momentos de encuentro y reconciliación, que sin duda ponen a prueba el espíritu de hermandad entre ellos.  Algunas naciones lo han logrado a través del olvido, otras del perdón, pero lo que sin duda debemos comprender, a pesar de cualquier ideología que se tenga, es que aún queda mucho por transitar, sacrificar y al mismo tiempo actuar para recuperar la institucionalidad del país y dejar atrás el “Chávez vive”.

@morrisjamie


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