El régimen chavista que los seguidores de Maduro (10 por ciento de la población, según las últimas encuestas) llaman “revolución” y otros llamamos dictadura,

como era natural a su condición autoritaria no ha reconocido los resultados de las últimas elecciones (las parlamentarias del 6 de diciembre). A diferencia de lo que piensan algunos, las dictaduras del siglo XX sí realizan consultas populares, sólo que no respetan sus resultados sí estos le son adversos. Pero los ciudadanos deben defender por medios pacíficos, su voluntad expresada en el sufragio. Se ha dicho hasta la saciedad, pero debemos repetirlo una vez más: las personas solo logran que los poderosos respeten sus derechos, cuando ellas se organizan, se unen y salen a protestar. Eso es lo que ha hecho la Mesa de la Unidad Democrática al solicitar el referendo revocatorio: unir al país en torno al anhelo de cambio. Pero el gobierno por medio de las rectoras del organismo electoral ha violado claramente los tiempos para su llamado, y ante este fraude a la ley (al reglamento de los referendos, para ser precisos), se ha organizado una marcha este primero de septiembre para exigir el cumplimiento de la norma y la Constitución. Es decir, cuando – como dice la letra original de nuestro himno nacional - : “el bravo pueblo (…) previó sus cautelas nuestro corazón/ a su inicuo fraude opuso el valor”. No tengamos miedo ante las amenazas, porque la democracia bien vale el sacrificio.

Por estas razones y por tantas otras más, yo marcharé el primero de septiembre. No podemos quedarnos callados ante el robo de nuestro derecho a expresarnos en las elecciones. No olvidemos que no solo nos quieren quitar el referendo (eficaz, que pueda revocar al chavismo de la Presidencia), sino también las elecciones regionales, porque estas deben realizarse este año y solo faltan 4 meses para su culminación y no han establecido su cronograma. Pero marcharé también por poder comer todos los días, por salarios dignos para todos los venezolanos, por tener seguridad personal y no ser asesinado en las calles; problemas que se superarán cuando podamos sustituir el modelo económico y político que ha generado estos problemas. Marcho por todos los niños y personas que han muerto y mueren por desnutrición y falta de medicinas. Iré a la “toma PACÍFICA de Caracas” por la liberación de los presos políticos y, para que los jóvenes no tengan que emigrar para hacer realidad sus sueños de tener en nuestro país una vida plena. Y finalizo con otra hermosa frase de la letra original de nuestro himno nacional: “¡Marchad tras nosotros y viva la unión¡ /Y si el despotismo levanta la voz,/ seguid el ejemplo que Caracas dio.”