General Chef |
Escrito por Guillermo Martín | @guimarcastel |
Viernes, 26 de Agosto de 2016 00:02 |
No cabe duda que el ataque del hambre es similar al de una guerra (no necesariamente “económica”) porque obliga al despliegue de los ejércitos más heroicos. Leónidas, los 300 espartanos y otros cientos de combatientes griegos tendrían que esconderse ante los 18 generales galácticos (no les caben soles en el uniforme) que acaba de nombrar el valeroso e impertérrito ministro de la Defensa, el omnipresente Vladimir Padrino López, para velar por otros tantos productos de la canasta alimentaria considerados estratégicos por el régimen. 1.- La definición oficial de canasta alimentaria Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2014 (último año de publicación de la Encuesta de seguimiento al consumo de alimentos [ESCA]) la canasta alimentaria nacional constaba de un conjunto de 62 alimentos agregados en 13 subclases, a saber:
Dicho conjunto conlleva un indicador estadístico relativo al costo mensual de aquellos alimentos que aportan la totalidad de requerimientos nutricionales para una familia venezolana de cinco miembros. Los precios considerados en el cálculo de la canasta alimentaria abarcan 10 áreas metropolitanas (Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, Barcelona-Puerto La Cruz, Maturín, Ciudad Guayana, Maracay, Valencia, Mérida y San Cristóbal), así como otras 72 localidades del país. De cualquier manera, no es nuestra intención especular cuánta (hiper)inflación está experimentando la canasta alimentaria. Por el contrario, quisiéramos entender o descifrar cuáles son los 18 rubros estratégicos –obligados a “pararse firmes”- ante los compañeros de armas de Padrino. Principalmente nuestra duda surge de las afirmaciones del propio jefe de la Misión Abastecimiento Soberano: “En el vértice de precio y rendimiento he ordenado asignar un General por cada rubro alimenticio; es decir, que va a haber un General en Jefe para el arroz, por ejemplo, que va a mostrar un mapa de la comercialización y distribución de ese rubro… con esto lo que buscamos es gobernar realmente los 18 productos primarios tanto de farmacia como de consumo.”
2.- Soberanía alimentaria versus gobernabilidad De entrada, la Constitución Nacional introduce el concepto de soberanía alimentaria: “Artículo 305º. El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población, entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal las provenientes de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueren necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola. El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras artesanales, así como sus caladeros de pesca en aguas continentales y los próximos a la línea de costa definidos en la ley.” Como sabemos, los distintos experimentos oficialistas en la materia –CASA, MERCAL, PDVAL, Agropatria, los cultivos organopónicos, las mallas-sombra, el inédito Ministerio para la Agricultura Urbana y el fantasioso plan de cultivo de 12 millones de hectáreas en 100 días- han sido un rotundo fracaso y, peor aún, un gigantesco despilfarro de recursos. Eso, aunado a la fallida economía de puertos, se ha traducido en una gravísima escasez y desabastecimiento. Pensando en los rubros prioritarios para Padrino, imaginemos que quiso decir 18 productos alimenticios y 18 farmacéuticos. Debido a la escasez y desabastecimiento, hemos redefinido la canasta alimentaria con estos 18 productos: Arroz, avena en hojuelas, harina de maíz, pasta alimenticia, papa, plátano, azúcar, ají, cebolla, tomate, cambur, huevo de gallina, mortadela, pescado fresco (sardina), leche en polvo completa, queso blanco, aceite y sal; ¡ya casi no comemos leguminosas!.. Notemos que ni siquiera en 2014 se mencionaba el ajo, uno de nuestros principales condimentos, tampoco se diferenciaba el aceite comestible (maíz, soya, canola u oliva). La acelga, la espinaca, el rábano o la remolacha parecen productos exóticos. Otra ausencia notoria es un producto sustitutivo del pan o la arepa: el casabe. Recordemos que el casabe es elaborado con harina de yuca amarga, luego que se le ha extraído completamente su veneno (cianuro y acetona). Resulta que el precio de la yuca dulce se ha disparado mucho y en Monagas hay quienes estafan vendiendo yuca amarga sin control alguno, lo cual ha causado incluso muertes por intoxicación. ¿Será que Padrino evitará intoxicaciones nombrando un Estado Mayor para la cosecha y tratamiento de la yuca amarga y otro para la dulce? Por otra parte, la Constitución también define la salud como un derecho social en tres de sus artículos, los cuales son: “Artículo 83º. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.” “Artículo 84º. Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud.” “Artículo 85º. El financiamiento del sistema público nacional de salud es obligación del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria. En coordinación con las universidades y los centros de investigación, se promoverá y desarrollará una política nacional de formación de profesionales, técnicos y técnicas y una industria nacional de producción de insumos para la salud. El Estado regulará las instituciones públicas y privadas de salud.” Partiendo de ello, debemos preguntarnos, ¿cuáles serían los 18 medicamentos prioritarios para Padrino? Con el perdón de los médicos y profesionales del sector salud, nos atrevemos a enunciar una lista tentativa, la cual incluiría fármacos y productos:
Entre nuestras omisiones, debemos destacar vitaminas, papel higiénico, toallas sanitarias, además de pañales desechables para bebés y adultos, e insumos que requiere la industria farmacéutica o equipos propios de hospitales, clínicas y ambulatorios. Pese a los nombramientos previstos o efectuados por Padrino, no podemos olvidar que el sector salud desde hace tiempo ha estado en manos de ministros militares y los inventarios farmacéuticos deficitarios son su mejor legado. Sin alimentos ni medicinas, ningún país será sano ni productivo, como bien lo advirtieron los autores del “Programa de febrero” de 1936, a inicios del gobierno del general López Contreras. Tal documento consistió en el primer plan de gobierno del siglo XX venezolano y estableció las bases de las políticas públicas en el país, sobre todo con la inmediata creación de los ministerios de Sanidad y Asistencia Social, así como el de Agricultura (luego de Agricultura y Cría). El “Programa de febrero” buscaba garantizar la gobernabilidad del país tras 27 años de gomecismo. Pero, ¿qué es gobernabilidad? Podríamos definirla de manera sencilla como la relación que existe entre las demandas ciudadanas y la capacidad del gobierno para satisfacerlas en un momento dado. Cuando los porcentajes de incidencia de la malaria y la desnutrición recuerdan los que había hace 80 años y ni siquiera se garantiza fórmula láctea ni vacunas para recién nacidos e infantes, podemos hablar de ingobernabilidad sanitaria.
3.- “Así, así, así es como se guisa” Por otra parte, abastecimiento es algo muy distinto a producción y productividad. No se trata de “gobernar realmente los 18 productos primarios tanto de farmacia como de consumo”, pues la yuca, el acetaminofén, la harina de maíz, la insulina o la aspirina no obedecen órdenes ni respetan jerarquías, tampoco los insectos vectores del dengue, la malaria, la fiebre zika o el mal de Chagas. Más bien, se requiere detectar –con conocimiento y experticia- las lagunas de inventarios tanto en los rubros alimentarios como farmacéuticos. No es cuestión de uniformes verde oliva ni de consignas “revolucionarias, chavistas y antiimperialistas” ni mucho menos de una tropa de aduladores disfrazados de milicianos (¿verdad, Aristóbulo?); sino de burócratas y técnicos especializados, cuyo único propósito sea solucionar pronta y eficientemente tan grave problemática. No quisiéramos ser tan desconfiados como la presidenta de Control Ciudadano, Rocío San Miguel, quien en su cuenta Twitter especula si cada general o almirante representará un ingrediente del “guiso”, con acceso a divisas baratas. Sin embargo, es muy probable que ella tenga toda la razón y que cierto canal de televisión por cable inaugure un nuevo “reality show” 100% venezolano, conducido por Padrino: General Chef. |
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