La semana pasada llamaron la atención unas declaraciones del presidente Maduro reforzadas por otras de Diosdado Cabello. Palabras más,

palabras menos, dijo Maduro que, de ganar la oposición, “yo soy el primero en lanzarme a las calles con el pueblo a defender sus derechos”

Enigmáticas palabras. El pueblo, según el diccionario, somos todos los habitantes de un lugar, o de una nación. Sin embargo, en términos populistas, pueblo es solo una parte de la población, aquella que se interrelaciona y sigue al líder populista. Chávez, en sus discursos, dividió a los venezolanos en dos: los malos, culpables de los males de la sociedad, y los buenos, que no tienen culpa de nada, que son pobres, excluidos, son “pueblo”. Los malos fueron primero escuálidos y vendepatrias, luego trocaron a burgueses, pitiyanquis y de derecha. Los buenos además de ser pueblo, son chavistas, revolucionarios y antimperialistas.

Esta distorsión simplista de la política suele dar grandes ganancias electorales a líderes carismáticos. Pero estos líderes también juegan con la ambigüedad, cosa que Maduro, sin carisma ni talento, no hace. Los populistas a veces se abren para incluir a los aún no conversos, buscando fortalecer la legitimidad de sus proyectos, asegurarse la mayoría. Chávez a ratos invitaba a clases medias y empresarios, dejando ver que podían ser también pueblo.

Pero ahora, de acuerdo con la razón de la sinrazón de Maduro, si la mayoría osa votar por fuerzas opositoras en las próximas parlamentarias, dejará de ser pueblo. Aunque sean minoría los oficialistas, y se constatara que están vacíos de pueblo, se lanzarán a la calle porque solo ellos son pueblo.

Las parlamentarias por venir serán una contienda difícil, no solo por el exacerbado ventajismo del Gobierno, que usa sin vergüenza ni castigo los recursos públicos a su favor, o por la subordinación del Poder Electoral a sus intereses, sino por la falta de talante democrático de la élite que dejó Chávez en el poder. Esto debe incentivarnos a ser firmes, responsables y prudentes, y a exigir desde ahora que fuerzas democráticas internacionales, políticas, de DDHH y de observancia electoral, estén atentos y nos acompañen en estos meses que amenazan ser conflictivos.

@mlopezmaya

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