El Partenón en el Ávila
Escrito por Fernando Luis Egaña   
Martes, 30 de Junio de 2015 05:50

El Partenón en el Ávila
Fernando Luis Egaña
Europa y los mercados mundiales están sumamente ansiosos por las consecuencias de la crisis de Grecia, una tragedia griega si las hay. El jefe del gobierno heleno, Alexis Tsipras, pretende jugar en las grandes ligas del mundo, como si fuera una caimanera de vecindario. Y así no funcionan las cosas porque se pierde la credibilidad.
Hace pocos días, Tsipras prácticamente anunció un acuerdo general con los acreedores griegos, para en seguida desdecirse y convocar un referendo de hora undécima, y cargar sobre los ciudadanos la decisión que corresponde a las responsabilidades de su investidura. Y mientras tanto, Grecia se hunde, con todo y sus doce millones de griegos, y se afectan severamente los mercados internacionales.
Los analistas están señalando que si Grecia entra en impago o default y se sale del Euro, entonces su inflación puede ascender a dos dígitos, la economía seguirá cayendo, la parálisis de las inversiones será total, y se deberá establecer un férreo control de capitales, entre otros controles económicos. Y cuando leo esos ominosos vaticinios, no puedo sino pensar en mi país, Venezuela, donde ya se hicieron realidad hace tiempo, e incluso con un alcance más desolador de lo que amenaza a Grecia.
Acá la inflación no es de dos dígitos sino de tres. La recesión económica se transmutó en depresión económica. El único inversor importante es la delincuencia organizada, porque los chinos lo que hacen es reciclar acreencias. Y la economía está tan controlada y por tanto tan distorsionada, que la diferencia entre la principal tasa de cambio oficial y la tasa paralela es más de 70 veces.
El gobierno de Tsipras ha establecido que los griegos sólo pueden retirar de los bancos un máximo de 60 euros al día. Bueno, eso es equivalente a casi 5 meses del salario mínimo en Venezuela, cortesía del desgobierno de Maduro que está terminando de obliterar a la economía productiva y a la economía social. Si con razones de sobre se critica la demagogia de Tsipras, ¿qué no se podrá denunciar de la demencia destructiva de Maduro?
La pesadilla griega es la vida diaria de los venezolanos y desde hace tiempo. En Atenas hacen colas para retirar Euros, pero en Caracas y en todo el país, se hacen colas para tratar de conseguir comida, medicinas y cualquier otro producto de primera necesidad. Todo el mundo anda pendiente de Grecia, pero a los poderosos del planeta les interesa muy poco el presente y el destino de Venezuela.
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altEuropa y los mercados mundiales están sumamente ansiosos por las consecuencias de la crisis de Grecia, una tragedia griega si las hay.

El jefe del gobierno heleno, Alexis Tsipras, pretende jugar en las grandes ligas del mundo, como si fuera una caimanera de vecindario. Y así no funcionan las cosas porque se pierde la credibilidad. 

Hace pocos días, Tsipras prácticamente anunció un acuerdo general con los acreedores griegos, para en seguida desdecirse y convocar un referendo de hora undécima, y cargar sobre los ciudadanos la decisión que corresponde a las responsabilidades de su investidura. Y mientras tanto, Grecia se hunde, con todo y sus doce millones de griegos, y se afectan severamente los mercados internacionales.

Los analistas están señalando que si Grecia entra en impago o default y se sale del Euro, entonces su inflación puede ascender a dos dígitos, la economía seguirá cayendo, la parálisis de las inversiones será total, y se deberá establecer un férreo control de capitales, entre otros controles económicos. Y cuando leo esos ominosos vaticinios, no puedo sino pensar en mi país, Venezuela, donde ya se hicieron realidad hace tiempo, e incluso con un alcance más desolador de lo que amenaza a Grecia.

Acá la inflación no es de dos dígitos sino de tres. La recesión económica se transmutó en depresión económica. El único inversor importante es la delincuencia organizada, porque los chinos lo que hacen es reciclar acreencias. Y la economía está tan controlada y por tanto tan distorsionada, que la diferencia entre la principal tasa de cambio oficial y la tasa paralela es más de 70 veces.

El gobierno de Tsipras ha establecido que los griegos sólo pueden retirar de los bancos un máximo de 60 euros al día. Bueno, eso es equivalente a casi 5 meses del salario mínimo en Venezuela, cortesía del desgobierno de Maduro que está terminando de obliterar a la economía productiva y a la economía social. Si con razones de sobre se critica la demagogia de Tsipras, ¿qué no se podrá denunciar de la demencia destructiva de Maduro?

La pesadilla griega es la vida diaria de los venezolanos y desde hace tiempo. En Atenas hacen colas para retirar Euros, pero en Caracas y en todo el país, se hacen colas para tratar de conseguir comida, medicinas y cualquier otro producto de primera necesidad. Todo el mundo anda pendiente de Grecia, pero a los poderosos del planeta les interesa muy poco el presente y el destino de Venezuela. 

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