¿Primero primarias?
Escrito por Juan Carlos Apitz   
Martes, 20 de Octubre de 2009 21:01

altDesde hace meses vengo escuchando, muy extrañado, las declaraciones de algunos actores políticos exigiendo la realización de elecciones primarias para escoger los candidatos a la Asamblea Nacional de la oposición democrática venezolana. Mi extrañeza se debe a que las elecciones primarias son procedimientos exclusivamente internos utilizados por los partidos políticos para seleccionar a los candidatos que los representarán en una elección general, entonces, tal reclamo deberían hacerlo los militantes o los simpatizantes de dichos partidos y no los ciudadanos extraños a éstos. A menos que dicha propuesta se refiera a elecciones primarias abiertas, las cuales consisten en la participación mediante el sufragio de todos los ciudadanos, afiliados y no afiliados, en las elecciones que los partidos políticos realicen para la nominación de sus candidatos en vista de las elecciones generales.

Las elecciones primarias abiertas posibilitan la legitimidad e idoneidad de los candidatos para los cargos de elección popular; son una buena solución para la consolidación y la mayor genuinidad del sistema democrático. Ella excluye definitivamente la "dedocracia" y los meros acuerdos de las cúpulas partidistas, pues siempre la última palabra la tienen los electores que participan en las elecciones abiertas.

Sin embargo, no todo en las primarias son bondades, también hay males: 1) Son costosas y (a menos que sean organizadas y pagadas con fondos públicos) restan recursos propios a las campañas generales. 2) Alientan las disputas internas en lugar de favorecer un clima de negociación, consulta y compromiso en momentos en que los esfuerzos deben concentrarse en enfrentar los desafíos externos, no los internos. 3) Dado que en las primarias se registra menor participación que en las elecciones generales, también existe un riesgo claro de que el resultado no refleje la opinión de la mayoría de los electores que tomarán parte en las elecciones generales. Toda vez que los simpatizantes de otros partidos también pueden participar en las elecciones abiertas, pueden tratar de influir negativamente para que obtenga la candidatura alguien con menos posibilidades de ganar en la elección general y favorecer de esa forma al candidato del partido de su preferencia.

Curiosamente, en Venezuela, a diferencia de lo que puedan creer los que apoyan (como primera o única opción) esta metodología, los que fueron elegidos como candidatos por haber triunfado en sus primarias, siempre perdieron cuando presentaron su opción en la contienda nacional. Hagamos memoria: en 1968 Acción Democrática (AD) realizó unas primarias entre los miembros de su partido. Gonzalo Barrios fue el ganador, pero cuando se presentó a la elección presidencial perdió frente a Rafael Caldera, candidato demócrata-cristiano (Copei); paradójicamente éste había sido designado por el aparato del partido. Para la elección de 1978, AD celebró otras elecciones primarias, en éstas el ganador fue Luís Piñerúa, pero éste también perdió cuando participó en la elección presidencial; curiosamente Jaime Lusinchi, quien fue el contendor de Piñerúa fue designado candidato presidencial por AD directamente por su partido en la elección presidencial de 1983 y ganó frente a Caldera.

Por último, Copei en 1993 organizó unas primarias para la elección presidencial, pero el candidato ganador en las primarias, Oswaldo Álvarez Paz, perdió en la contienda nacional frente al candidato Rafael Caldera.

Vistas las experiencias del pasado, valdría la pena preguntarnos: ¿Primero primarias?

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