La Burla como política gubernamental
Escrito por Iván Olaizola D’Alessandro   
Lunes, 19 de Octubre de 2009 08:32

altBurla: Acción o palabra con que se procura poner en ridículo a personas o cosas. Chanza. Engaño. Así ha sido la postura pública, no sabemos si en privado sea igual, del teniente coronel desde que asumió la conducción (¿) del Estado.
La burla se ha convertido en política gubernamental. Es la forma oficial de conducir toda actuación del Estado venezolano es decir, que todas las acciones, ademanes o palabras del teniente coronel y de sus cercanos colaboradores van orientadas a convertir a las personas o cosas en objeto de risa o en ponerlos en ridículo. Ejemplos sobran.

Cuando él asume la presidencia de la República, lo primero que hace es ridiculizar la Constitución Nacional cuando al jurar su cargo (¿realmente lo juró?) la bautiza como la “moribunda” y acto seguido se burla del Congreso de la República y de sus miembros, así como de todos los que asistieron a ese acto, incluidos los representantes de los países amigos, al improvisar un discurso totalmente fuera de las más mínimas normas de protocolo y respeto y de una duración desconsiderada.

Dos días después, el 4 de febrero, en Los Próceres, se burla de las Fuerzas Armadas al ponerlas a desfilar en conmemoración de un acto de traición a la Constitución del país y nuevamente improvisa un discurso lleno de anécdotas, chanzas, disparates, citas peloteriles y justificaciones de robos e incitaciones a invasiones ridiculizando a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia y a su propio compañero correligionario, el presidente del Congreso.

A partir de ese momento los ejemplos de hacer burla de los que él denomina sus enemigos y de las instituciones fundamentales de la República se hacen cotidianas y reiterativas. Los partidos políticos son señalados con los epítetos más fuertes y descalificantes, igual a los gobernadores y alcaldes de oposición, y a veces hasta a algunos de su propio partido, las federaciones sindicales y empresariales, la iglesia, la banca y el comercio, los ricos y los intelectuales, los medios de comunicación y hasta sus propios colaboradores.

Acuña epítetos como “escuálidos”, “pitiyanquis”, “contrarevolucionarios”. Nada ni nadie en estos casi once años de disparatado y desquiciado gobierno se ha salvado de haber sido sometido a la burla o el ridículo público incluido aquí a sus seres queridos, sus familiares y lo que, según él, más adora: el Soberano.

Se mandó a hacer un disfraz de uniforme militar con un grado que él mismo inventó, ordenó que se le saludara como “mi comandante en jefe” y en la rendición de parte militar agregar “patria, socialismo o muerte”, todo ello para burlarse de la Fuerza Armada, de “su” fuerza armada como él dice.

Se burla de los otros poderes públicos cuando en sus interminables peroratas televisadas y radiadas les ordena lo que deben hacer. Decir que no tomen en cuenta lo que digo sino lo que hago, es una tamaña burla que sobrepasa las fronteras de la racionalidad.

Sus burlas internacionales nos hacen pasar pena ajena. Hay que exorcizar a algunos curas que tienen el diablo debajo de la sotana. Sus más íntimos colaboradores integrantes del alto gobierno no escapan a sus burlas: En una oportunidad para burlarse del tamaño de uno de sus ministros dijo “mas perdido que Arcaya en procesión”.

Ante una desavenencia con su vicepresidente le espetó “fue un lapsus brutis de José Vicente”. A Bolívar lo debe tener sumamente molesto, por no decir la palabreja adecuada, en el sepulcro, cada vez que usa sus pensamientos en las formas más disparatadas y a su propia conveniencia.

Igual hace con los pasajes bíblicos, con el nombre de Dios y con Jesucristo. A sus socios del PPT y PCV, los ridiculiza regañándolos públicamente. En una oportunidad se rió del CNE puntofijista cuando lo multaron: “que me multen, que me pongan preso”; y se ha burlado del CSE chavista: “yo no sabía que me estaban televisando”. A sus hermanos del alma y de samán los ridiculiza llamándolos moscas y serpientes.

Pues bien como la burla se ha convertido en política oficial del Estado venezolano los integrantes de todos los poderes públicos de la nación con muy pocas excepciones, si alguna, han seguido al pie de la letra el ejemplo dado por su comandante en jefe.

Recordemos algunas de las declaraciones de altos funcionarios tales como: “Son tantos los inversionistas extranjeros que tenemos que quitárnoslos a sombrerazos”, dicho por el mismo reministro que recién se burlo del país al anunciar ique unas tales medias económicas y nos dejó con la guayabera puesta.

“Yo he llamado a miembros de las comisiones de licitación sólo para que sean imparciales con las empresas de mis amigos”. “Corrupto es el que pide no el que da”. “La verdad es que no recuerdo haber tenido acciones en esa empresa”. “Bueno si no lo multamos nos dicen pendejos”. “Los medios son los culpables de la inseguridad del país”.

Además de burlarse también engaña al país todo. Cambia la historia para ponerla a sus conveniencias. En cualquier acto de inauguración de una obra, por lo general de poco o relativa importancia o no terminada, lo convierte en un acto de burla hacia la IV República.

Recién le oí decir lo que ha hecho por los individuos con discapacidad como si fuese la primera vez que alguien se ocupase de ese tema, seguramente no sabe que AVEPANE esta cumpliendo 50 años. Creo que los actos conmemorativos del 12 de octubre, original día de la raza ahora día de la resistencia indígena, fue un gigante acto de burla a toda la nación y a los propios indígenas.

Hace diez años dijo que se quitaría el nombre si en un año había niños de la calle y se sigue llamando Hugo y siguen los niños malabaristas en los semáforos. Hace poco dijo que para el 2020 no habría un sólo pobre en el país o se quitaría la vida. “Amanecerá y veremos” como dijo alguien. Y se seguirá burlando de todo y de todos, pero ya vendrá el momento de que todos nos burlemos de él. Él debería recordar que no hay cosa que más le encienda la sangre a los que se consideran hombres de verdad que la burla y que, como dicen los españoles “burla con daño no cumple año”.


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