De la diabetes parlamentaria
Escrito por Luis Barragán   
Lunes, 28 de Septiembre de 2009 10:23

altMuy bien ha reseñado Manuel Rachadell, reconocido jurista, que el texto para la segunda discusión y aprobación de la Ley Orgánica de Educación, era completamente distinto al que incursionó en el primer debate de la cámara, sin que se hicieran las consultas correspondientes a lo ordenado por la Constitución de 1999. Y es que -  estimamos - el historial legislativo del régimen, superada la década, no soportaría la más modesta y elemental interrogación del estudiante que se inicia en la senda del derecho, por la prisa que le ha impuesto el Ejecutivo ordenador y ˆ por definición - superhabilitado, la constante improvisación que falta a toda técnica, la escasa calidad de los debates y la embriaguez aterradora de consignas capaz de derrumbar la más sana e inocente de las intenciones.

Una biografía de la ley de Educación, en nada se distinguiría de otras piezas que resultaron y aún  resultan sancionadas en medio del fogonazo verbal  que las convierten en gestas contra el imperialismo, fáciles halagos para el Comandante-Presidente y justificación de viáticos o asesorías,  completamente ajenos ˆ incluso ˆ a las materias tratadas y aprobadas. Un goloso empinamiento verbal, quizá comatosamente bordeada una suerte de diabetes política, tiñe toda  la regulación deseada, trátese de la composición y cinética de las enzimas, de la automatización  del impulso procesal en las causas laborales cuando el demandante simultáneamente confronta la disolución de la comunidad conyugal, o de la administración de  dióxido y monóxido de carbono en los cantones urbanos.

La desaparición de la bicameralidad, deficientemente polemizada y justificada por los constituyentes, ha reportado extraordinarios resultados para la simplificación institucional y la enfermiza simplicidad gubernamental de estos años. Al lado del superado centenar de leyes habilitadas,  hallamos una irreflexiva e instantánea votación de leyes que supuestamente relevan al parlamentario y a las comisiones de adscripción, de toda responsabilidad.

La de Educación probablemente remede la exactitud con la que originalmente fue aprobada la Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (ahora Bolivariana), pues la segunda aparición del texto en la cámara fue radicalmente diferente a su primera y ˆ desenfadadamente ˆ se hizo de una versión enviada desde el ministerio de la Defensa, incurriendo el Ejecutivo en una curiosa y doble propuesta legal. Empero, hay otras prácticas reconocidas, como la de aquella terrible abreviación de la discusión parlamentaria cuando ensayaron y  literalmente metieron numerosos artículos en unos pocos, con la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión; engañando a la opinión pública que los desaprueba,  contrabandea ciertas disposiciones en textos y materias diferentes; o, como ocurre en el ámbito educativo, procura no definir materias dizque distraidamente  enuncia, ampliando inconstitucional y descaradamente la potestad reglamentaria de Miraflores.

Tratamos del parlamento automático,  cuya situación puede algún día sincerarse al copiar el modelo cubano, mediante las conocidas emboscadas presidenciales. A menos que logremos evitarlo, ejerciendo una oposición decididamente constitucional.

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