No piden más revolución. Tampoco más ‘bolivarianismo’. Los consejos comunales, como el resto del país del que no son ajenos ni extraños, piden más bolívares, más “ñere-ñere” de bolívares fuertes para poder responder a las nuevas exigencias que les impone la novísima Ley Orgánica de Educación. La consulta popular sobre el proyecto de reforma a la Ley de los Consejos Comunales, desarrollada por la Asamblea Nacional entre el 24 de mayo y el 22 de julio pasados, detectó que los integrantes de los consejos comunales aspiran a que su trabajo sea reconocido,  reconocimiento al que dan una única alternativa: con un incentivo monetario nunca inferior al salario mínimo.

Durante la ejecución del trabajo de campo que se llevó 2 meses, la Dirección General de Investigación y Desarrollo Legislativo, con el soporte logístico del Instituto Nacional de Estadística, sondeó la opinión de más de 61 mil voceros comunales de todo el país y el resultado se puede resumir en las tres proposiciones más votadas:

1.- Elaborar un reglamento para la Ley (22,30%)

2.- Realizar talleres de capacitación (17.30%)

3.- Remunerar el trabajo de los voceros comunales (16,60%). 

Las dos opciones menos votadas fueron: Realizar cursos de formación político-ideológica (7,65%) y la creación de estrategias de autogobierno comunitario (9,28%)

Para el diputado Rafael Delgado (PSUV de Apure), las aspiraciones crematísticas de sus compatriotas no son trascendentes. Para él, lo que importa es la necesidad de reforzar el vínculo de estos compatriotas con los órganos del Estado, para que puedan intervenir activamente en los programas de la milicia bolivariana.  Insiste en que cada consejo comunal debe contener un Comité de Defensa de la Revolución, comité de defensa que él identifica como ‘integral y protagónico’:

"La milicia no sólo se trata de formar combatientes, sino de incorporar al pueblo organizado en los asuntos cívico-militares",

Mientras tanto, milicianos y comuneros insisten con la  pregunta de siempre ¿Cuánto hay pa’ eso, compatriota?