El paquetazo del gobierno militarista
Escrito por Gustavo Alcántara Moreno   
Viernes, 28 de Septiembre de 2012 15:25

altUna de las más pestilentes abominaciones espetadas desde el laboratorio de guerra sucia del candidato presidente, es la de tildar al candidato Capriles de ultraderechista y de traer en su portafolios un paquetazo neoliberal.

Para ello le han forjado al candidato opositor la autoría de un documento, a todas luces apócrifo, con el único fin de sembrar pánico en el electorado, advirtiéndole que de ganar Capriles, entonces desaparecerán las Misiones y demás programas sociales, se eliminarán las pensiones del Seguro Social, se privatizará la salud y la educación; en fin, una autentica reducción del Estado a su mínima expresión con el consiguiente desamparo de los venezolanos más desposeídos.

Pero para infelicidad de los autores de tan ingenua calumnia, la realidad es contundente y los son hechos elocuentes. Capriles, a lo largo de su gestión de gobierno en Miranda, ha demostrado que la salud y, sobre todo, la educación, han sido su prioridad. Prueba de ello son sus exitosos programas populares de atención sanitaria y la construcción de un buen número de planteles educativos, con docentes de alta calidad, realzando así dos de los pilares fundamentales del desarrollo humano. Todo esto teniendo que lidiar con el ahogo presupuestario de un gobierno centralista que mutila el situado constitucional en detrimento de los ciudadanos de la provincia.

Más sin embargo, lo peor de pretender etiquetar a Capriles como neoliberalista, es sin lugar a dudas el hecho de que, el propio auto denominado Gobierno Revolucionario y socialista del siglo XXI, ha aplicado en su momento políticas neoliberales, muy alejadas del bienestar del pueblo.

Para probar esta aseveración me remito a dos medidas concretas acaecidas como consecuencia de la caída de los precios del petróleo en 2008, como consecuencia de la crisis financiera mundial, producto de la burbuja hipotecaria en los EEUU. En aquel entonces, el barril del petróleo se ubicó en el orden de los 70 $, lo que motivó el paquetazo del Gobierno socialista y revolucionario, el cual inmediatamente procedió a realizar lo que dictan las más ortodoxas reglas del neoliberalismo: recortar gastos en educación y salud.

Así pues, específicamente se procedió a recortar la partida de gastos de funcionamiento de las Universidades autónomas nacionales, como medida de austeridad, una simple “apretadita de cinturón” en tiempos de crisis. De cualquier modo, luego de cuatro años de aquella medida, el presupuesto de nuestras casas de estudio continúa siendo el mismo que en 2008, a pesar de los duros golpes asestados por la inflación; pero además, a pesar de que el barril de crudo tiene más de tres años por encima de los 100 $, la porción recortada para gastos y funcionamiento de las Universidades jamás fue devuelto.

Esta situación contradice toda la parafernalia oficialista del aumento de la matrícula estudiantil en Venezuela, pues ese aumento es de cantidad pero sin calidad, en universidades improvisadas, sin democracia ni sindicatos (verbigracia la UNEFA), carentes de bibliotecas y laboratorios, con docentes que ingresaron a su oficio sin ningún tipo de concurso ni revisión de credenciales, lo cual se traduce en una precaria formación académica y una escasa producción científica.

Por otra parte, se recortaron los gastos en salud, lo cual se ve reflejado en los datos que aporta el propio Sistema de Indicadores Sociales Venezolanos (SISOV), que es un órgano oficial. Así, la inversión pública en salud como porcentaje del PIB se desplomó desde un 4,5 % en 2007, al 3,1 % en 2008, retrocediendo inclusive a 2,5 % para el 2009.
Más sin embargo, lo que parece más incompresible para un Gobierno que se autodenomina como socialista, es el hecho de que conjuntamente con este sutil paquete neoliberal, aplicado como medida de austeridad, marchó de la mano un continuo, creciente e incesante gasto en armamento militar.

De manera que, ante la crisis económica mundial y sus repercusiones para Venezuela, los más golpeados e incomprendidos fueron los educadores y los miembros de los equipos de salud, quienes vieron mermados los recursos para desempañar su loable misión social en beneficio del pueblo.

Queda muy mal parado pues, tambaleándose al borde del abismo, el candidato Presidente al intentar endosar a Capriles un neoliberalismo que éste jamás ha practicado, pero que si ha sido en su momento el modo de proceder de un Gobierno enquistado en el poder desde hace 14 años y que, antes que socialista es militarista.

(*): Pltg., Abg., Ms Sc., Gustavo Alcántara Moreno, Departamento de Ciencias de la Conducta, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes


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