Se cruzaron las líneas
Escrito por Jesús Seguías   
Miércoles, 26 de Agosto de 2009 06:43

altEn este preciso momento se están cruzando las líneas entre las polarizadas fuerzas del gobierno y la oposición. A partir de hoy, el presidente Chávez comienza a ser minoría absoluta en Venezuela, por segunda vez en sus largos 10 años de gobierno.
Todos los estudios de opinión (inclusive uno reciente de Datincorp a nivel nacional, y más no debo decir) indican que el gobierno de Hugo Chávez comienza a deslizarse al campo de las minorías en Venezuela, y de manera irreversible, es decir, más nunca volverá a ser mayoría absoluta. Más bien tardó demasiado tiempo en que así fuera. Pero lo más importante es que esto lo sabe el comandante presidente, y por eso ya está enhebrando las estrategias para seguir ganando con una minoría relativa.


Vamos a explorar cuáles han sido las razones de esta inusitada fortaleza del presidente Chávez, y cuáles son las razones de sus debilidades.


Primera Fortaleza: El liderazgo
Pasar 10 años en el gobierno con más del 50% del apoyo popular es un fenómeno pocas veces visto en la historia política de nuestro continente, y no es producto de la casualidad, o de la buena suerte, o de un eficiente trabajo de los brujos. Hugo Chávez es un líder.


El presidente Hugo Chávez – hay que reconocerlo- tiene algunos talentos naturales que facilitan su labor de liderazgo. Quizás el mayor de los talentos es su empatía y la facilidad con que comunica los mensajes. La sencillez coloquial de su lenguaje, la forma directa de decir las cosas, hablar con los códigos comunes del venezolano, y sobre todo la manera en que se conecta con los deseos proteccionistas del pueblo empobrecido, han hecho poderoso su discurso.


Segunda Fortaleza: el poder económico
A partir del año 2004, y luego de haber sido minoría del 2002 al 2003, apareció la tabla de salvación de un gobierno marcado por la inestabilidad y el conflicto: una subida de los precios petroleros que permitió la ejecución de varios planes sociales y el reparto de mucho dinero convertido en becas, ayudas, aportes, lo cual a su vez permitió la recuperación de la imagen del gobierno. Ya para la fecha del referéndum revocatorio, el presidente Chávez tenía asegurada la victoria electoral. Se salvó en la raya.


Los cinco años de bonanza petrolera, que van del 2004 hasta el 2009, han hecho posible una euforia “revolucionaria” inusitada, y hasta sirvieron para pretender revivir al moribundo y fracasado socialismo real (es decir, el formato cubano) en Venezuela. Fueron cinco años de bonanza económica que han ayudado a sembrar la ilusión de un cambio radical, donde hay que derribar todo, para construir “la patria nueva” y al “hombre nuevo”. La verdad es que el petróleo ha facilitado hasta las más insólitas travesuras políticas.

El fin de la ilusión revolucionaria
Pero de repente todo comenzó a cambiar cuando se derrumbaron los precios de los hidrocarburos. Razón tienen aquéllos que sostienen que en Venezuela no hay ni malos ni buenos gobiernos sino malos o buenos precios petroleros.


Al presidente le siguen incondicionalmente un 25% de los venezolanos aproximadamente. Pero hay un 30% de venezolanos que forman parte de un chavismo ligth, blando, cuyos niveles de identidad con la revolución socialista son muy débiles.


En el último proceso electoral donde se contó directamente el presidente Chávez (el referéndum para la reelección indefinida), éste obtuvo a duras penas, y apelando a los más condenables recursos de presión y al más horrendo abuso de poder, sólo un 54% de los votos. La oposición unida obtuvo el 46%. Es decir, en febrero de este año, a la oposición le faltaba un pírrico 5% para ser mayoría absoluta.


Hoy, luego de cinco meses de crecientes niveles de conflictividad social, de creciente inflación, de crisis de gobernabilidad (no hay manera de que aún arranque el gobierno) se están cruzando las líneas. Y en diciembre de este año, el presidente Hugo Chávez será minoría para siempre.


¿Y si suben los pecios del petróleo?

Ni que suban a 100 dólares el barril a partir de enero de 2010 el gobierno podrá nivelar las cuentas del país. Diez años de gobierno revolucionario anticapitalista han sido suficientes para crear una herida mortal a todo el aparato productivo nacional. Miles y miles de empresas han quebrado, o han cerrado las puertas, o se han ido del país. El gobierno no ha creado ninguna nueva empresa importante. Sólo se ha limitado a nacionalizar y/o estatizar a las empresas existentes. Y su genial salida para generar nuevos empleos ha sido la de incrementar irresponsablemente las nóminas de las empresas públicas hasta llevarlas a la quiebra. Ahora tiene una economía raquítica cuya recuperación costará no sólo muchos recursos económicos sino un tiempo que irá más allá del 2012. Y ya será tarde.


Pero eso no es todo, con un barril a 100 dólares tendrá que cubrir el obeso gasto público del 2010 además de todos los pasivos acumulados del 2009. Hoy están congelando prácticamente casi todos los contratos colectivos, pero a la vez se está desatando una inflación descomunal. De manera que el 2010 será de pronósticos reservados.
Y finalmente, Hugo Chávez no será más nunca mayoría absoluta porque los pueblos se cansan hasta de los buenos gobiernos, y el suyo precisamente no ha sido ni siquiera un buen gobierno. Pura ilusión petrolera.


Ante este escenario ¿cuáles son las cartas estratégicas que debe asumir el presidente Chávez? Le queda una sola: apostar (y contribuir) a la división de la oposición.

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