La Paradura del Niño en Ejido
Escrito por Lic. Lisbeth Pastrán   
Domingo, 27 de Enero de 2019 04:40

altAntes  de empezar  a contar mi versión de la Paradura del Niño, de la que he leído tanto últimamente en la red antes de comenzar con este ensayo

(sí es que de alguna manera se puede llamar así), es preciso señalar que no todas las familias celebran este ritual como puede leerse en algunos artículos y descripciones hechas en la red o en los diferentes periódicos del país cuando de este tema se trata. Sí concuerdo con que “se roban el niño”, también con los paseos, cantos y con los niños vestidos de pastores, pero no en todas se  repite el mismo ritual puesto que en la familia andina esto  varía de población en población, y según la tradición familiar .Acá les voy a describir cuatro: tres paraduras en las que he sido invitada por décadas, la paradura de mi comunidad, la paradura de la familia Rojo Uzcátegui, y la paradura de la familia Uzcátegui Dávila; y una a la que tuve el honor de ir sólo de casualidad, la del señor Juan Alvarado y su esposa Sabina, en la montaña La Reinosa, a 1800 m.s.n.m.

La paradura de mi comunidad se hace a mitad del mes de Enero, justo el 15 para ser exacto, ritual que comienza a eso de las dos de la tarde. Suenan los morteros para  recordar a los integrantes de la comunidad que deben asistir a la paradura  con  niños vestidos de pastores para el recorrido de la imagen. Ésta es llevada a la iglesia para hacer su respectivo paseo que comienza a golpe de 5:30 de la tarde con una homilía en la iglesia de la ciudad, y al finalizar se hace el recorrido a pie desde la iglesia hasta la comunidad formando un caos vehicular en la ciudad. La selección de los padrinos es un poco exigente pues por lo general son los matrimonios más viejos pertenecientes a este grupo social los que pasean la imagen  al finalizar su recorrido por toda la avenida hasta llegar al pesebre; la figura del niño se pone de pie  en medio de la virgen y San José (de allí su nombre paradura) mientras se escuchan las atronadoras detonaciones de los morteros.  Luego se reza el rosario y para finalizar el ritual sólo se hace un brindis con bizcochuelo y vino pidiendo por la salud, prosperidad y paz  para toda la comunidad.

La paradura  de la familia Rojo Uzcátegui era muy afamada en la capital del Municipio Campo Elías, porque era todo un día de fiesta; recuerdo que empezaba a las 9 y 30 de la mañana en un caserío cercano llamado Los Higuerones. Primero se repartía el desayuno: una hallaca con pan o con cambur bocadillo verde, luego repartían  la chicha de maíz que recuerdo con tanto amor porque era divina, tenía el punto exacto de fermentación bajo receta colonial, pienso, porque cuando hablé con la señora María Rojo sobre la elaboración de la misma me comentó que así la hacía su bisabuela  Martina, pero nunca quiso dar a conocer los ingredientes porque era un secreto de su familia por cinco generaciones.Al mediodía se servía como almuerzo  un sancocho cruzado, mientras en la sala estaban los cantores recitando sus cánticos en honor a la imagen del Niño Jesús; los invitados pasaban al comedor principal , y después de soberano atracón se hacía el Paseo del Niño. Aquella casa es tan grande que tiene su propia capilla donde buscaban a la imagen del niño Jesús para pasearlo por todo el lugar, y para finalizar la paradura se hacía el brindis con  vino o “miche” (aguardiente) callejonero, bizcochuelo y los postres. Dicha familia tenía por costumbre  repartir  la comida, el vino, el bizcochuelo y los postres que sobraban de la fiesta a los invitados, de esta manera no se perdía lo que sobraba. Hoy  en día esta paradura no se celebra debido a que la Sra. María Rojo murió hace 14 años y lamentablemente sus hijos no continuaron con esta hermosa tradición, y la economía de hoy no lo permite.

La Paradura de la Familia Uzcátegui Dávila es como todas las paraduras en Ejido: se rezan dos rosarios, uno a San Isidro Labrador, el otro a la imagen del niño Jesús. El paseo se hace por la casa y reparten comida, postres, y lecheburra (así se llama el ponche casero en Los Andes).


En semejanza, la paradura en la casa del Sr. Juan Alvarado comienza al mediodía en la montaña de La Reinosa, los invitados que van llegando pasan al comedor para el almuerzo, luego se reza el rosario, reparten ponche, postres y  la reina de la paradura andina en el campo:¡La chicha de maíz!, que se reparte todo el día. Este ritual es similar al de la familia Rojo Uzcátegui,  la diferencia es que no hay cantores sino rezanderos y el rosario lo hacen en latín! Esto fue una sorpresa para mí pues estudié latín en la universidad, y en el momento en que lo escuché me pregunté ¿Cómo es que esta gente sabe latín si todos los presentes son campesinos que apenas saben leer? En el preciso instante en el que el rezandero (persona que reza) termina sus plegarias, corrí a hablar con él y para mi mayor sorpresa  era un muchacho de 13 años quien rezaba en perfecto latín. Me acerqué a él, me presenté y le hice unas preguntas que  tímidamente él respondió. Me contó que su padre lo había enseñado y que su abuelo había enseñado a su padre, y  dentro de mi euforia pensé que era un rosario de tradición oral, que pasaba de generación en generación. ¿Se imaginan los años que tendrán enseñando a sus hijos el rosario en latín, porque todos los invitados (a excepción mía)  contestaban y rezaban en latín? 


A fin de cuentas, La Paradura del Niño en Ejido es la tradición  más hermosa que se le hace a  Dios representado en la imagen de un dulce niño que en su humilde pesebre  nos recuerda que todos los años renacemos en él, es la celebración del bautizo y por tanto se pone de pie para  recordarnos los primeros pasos que dio Jesús en su paso por el mundo.  


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