Se acaba el tiempo para resguardar la última muestra de la Biodiversidad de Barinas
Escrito por Wilfredo Franco   
Lunes, 22 de Junio de 2009 06:54

Barinas fue el estado más rico en bosques del país hasta mediados del siglo XX. En 1961 ya poseía tres reservas forestales decretadas por la Nación para preservar parte del tesoro biológico de los bosques barinenses: Ticoporo (186.000 hectáreas), San Camilo (450.000 hectáreas) y Caparo (174.000 hectáreas). En este año 2009, luego de 40 años de destrucción a una tasa que llegó a 60.000 hectáreas anuales, a Barinas sólo le quedan pequeños relictos boscosos dispersos,

siendo el más importante de ellos las 4000 hectáreas de bosques resguardados por la Universidad de Los Andes desde 1970 en lo que fue la reserva forestal de Caparo y hoy es, como la mayor parte de Barinas, extensos herbazales, matorrales y pastizales para ganadería extensiva. En Caparo, las tierras tienen graves limitaciones por mal drenaje.

Más de un millón de hectáreas de los más ricos bosques en Biodiversidad del Trópico Americano fueron irremediablemente taladas y quemadas en Barinas. En cada hectárea fueron calcinados más de 200 metros cúbicos de biomasa en troncos, copas y raíces para un total de 200 millones de metros cúbicos (lo que usamos en madera en un siglo), sólo un 5% fue aprovechado por tener valor comercial. La destrucción de ese inmenso hábitat significó la desaparición de millones de seres vivos, reptiles, mamíferos, anfibios, aves, insectos, organismos del suelo, etc. Y la pérdida irremediable de una diversidad biológica apenas conocida y, lo más importante y doloroso, la negación a los venezolanos del futuro de las potencialidades de esa biodiversidad para sustentar su forma de vida y su economía, cuando ya no pueda ser el petróleo el sustento de la vida de toda una nación, absolutamente desprotegida, aún hoy, frente a la caída de esa, su única fuente de vida económica de relevancia.

Las generaciones futuras, esperemos que más educadas y respetuosas, podrían recuperar parte de esa biodiversidad si les resguardáramos aunque sea un pequeño porcentaje de esos bosques y su riqueza en diversidad biológica. Esas 4.000 hectáreas preservadas por la ULA, lo único relevante que sobrevive al holocausto barinés, constituyen un tesoro invaluable, de los venezolanos y de la humanidad toda, que estamos obligados a resguardar por la Historia y la evolución de la especie humana, por la Historia y la evolución de una patria llamada Venezuela.

¿Pero, que está sucediendo hoy? Al reintegrarse a sus labores después de Navidad y Año Nuevo, el personal de la ULA en Caparo, en su recorrido de vigilancia por el lindero Sur (Caño Anarú,) detectó el sistema de picas cada 300 m que lotea un bosque previo a la invasión.

Esas 4000 hectáreas remanentes de la Biodiversidad de Barinas están a punto de ser invadidas, para luego ser taladas y quemadas, sembradas de pastos y posterior venta a los terratenientes de la zona, para ampliar las fincas que se han extendido a centenares, y algunas a miles de hectáreas, dentro de lo que aparece en los mapas del Ministerio del Ambiente como Reserva Forestal Caparo.

Ya en 2005 fueron invadidas 800 hectáreas de la Estación Experimental, y, pese a dictamen de la Procuraduría, ninguna autoridad ha procedido a preservar la Ley. Ya no están todos los invasores originales, vendieron a nuevos ocupantes y se fueron a invadir en otra parte, seguramente en lo que va quedando de las reservas forestales de Guayana.

¿Qué podemos hacer?

 

Los mecanismos de destrucción han demostrado hasta la saciedad su inexorable eficiencia. Líderes políticos locales organizan y aúpan la invasión en momentos de efervescencia electoral, escudándose tras los nombres de los líderes políticos estadales y nacionales, asegurándoles a los invasores la protección política de los padrinos frente a cualquier intento de la institucionalidad legal de desalojarlos. Por esos servicios y por la asignación de parcelas cobran un porcentaje por adelantado del futuro valor de la tierra. De esta manera, estos mercaderes de la miseria humana se enriquecen y trepan en sus carreras políticas. Así fue en los gobiernos de AD y de Copei y así ha sido en estos 10 años del Gobierno de Hugo Chávez en la República y de su padre y su hermano menor en la Gobernación del estado Barinas.

Por muchas razones creemos que podemos salvar a la Estación Experimental Caparo y su tesoro natural, no para nadie en particular, ni siquiera para la ULA y sus profesores y estudiantes, sino para la Venezuela y la humanidad del futuro. El Dr. Adán Chávez, el nuevo gobernador de Barinas, es un académico, profesor universitario, conoce de lo que estamos hablando y de su trascendencia más allá de las actuales generaciones. El nuevo gobernador Chávez tiene la conciencia y el poder de convencimiento para evitar la desaparición total de Caparo como patrimonio natural. Los consejos comunales de Caparo y la Alcaldía en El Cantón atenderán a su llamado. Tiene el apoyo institucional del Ministerio del Ambiente, cuyos funcionarios forestales de mayor jerarquía son profesores o egresados de la ULA y también saben de que se trata todo esto. La universidad, sus autoridades, profesores y estudiantes están totalmente conscientes de que lo que está en juego está por encima de cualquier diferencia política actual y tienen la disposición de hacer todo el esfuerzo necesario, en coordinación con las autoridades estadales y nacionales, para ampliar sus operaciones de educación, capacitación, investigación y asistencia social y técnica en Caparo, para beneficio de la población rural de la zona.

Entre la ULA, el Gobierno municipal, estatal y nacional, y los consejos comunales puede establecerse en Caparo un Centro de Desarrollo Rural Sostenible, que incluya módulos de atención medico- odontológica, una Escuela Técnica de Agroforestería, un proyecto de semillas forestales, viveros y plantaciones forestales y frutales, una emisora universitaria- comunitaria, una finca modelo que integre la producción agrícola, pecuaria y forestal, proyectos de acuicultura y ecoturismo, veterinaria y guardería de fauna silvestre, construcción de viviendas con madera, bambú, arcilla y otros materiales locales. En fin, la mancomunidad Gobierno-Universidad-Comunidad puede crear las bases para una mejor calidad de vida para todos, y la garantía de salvaguarda de la biodiversidad y de la recuperación de Caparo como un hábitat para la vida en toda su extensión y significado, para el hombre y su familia y para el resto de seres vivos propios de esos ecosistemas.

El tiempo para salvaguardar la última muestra de la Biodiversidad de Barinas está tocando a su fin. La historia nos juzgará a cada uno en su puesto de responsabilidad. Lo debemos lograr por la vida de las actuales y las futuras generaciones de Barinas y Venezuela

Pero, esta misma tarde puede ser tarde.

 + información: http://cesimo.ing.ula.ve/LA-ECO-RED/ECORED/caparo/index.htm

(*) El autor es  Coordinador Comodato ULA-MPPA Caparo Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales-ULA.


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