El periodista sabe que la entrevista es un género informativo, no de opinión

A los estudiantes de Comunicación Social

Cuando se trata de enseñar, la tarea docente debe ser precisa. Hay confusión entre los estudiantes ante la arremetida de Conatel en contra del colega y amigo César Miguel Rondón, por haberse atrevido a entrevistar al alcalde de Cúcuta. Damos el lugar que corresponde a la entrevista como género periodístico. Algunos lo consideran un género menor. Al contrario, resulta fundamental. Milán Kundera, escritor -laureado- dice que la entrevista es el arma principal del periodista. El entrevistado se ve forzado a contestar. 

Casi nunca, un entrevistado dice: no sé, o se queda callado. Si lo llega a hacer, su silencio es noticia. Sin embargo, ¡qué pesadilla cuando un entrevistado es parco y no le gusta o no quiere hablar! Al periodista lo mortifica. He insistido, reiteradamente, en la obsesión gubernamental de transformar al periodismo en propaganda. Es una fijación de los regímenes totalitarios, neocomunistas. Cuando la pretensión es que el entrevistado diga lo que yo quiero que diga, estamos frente a una forma brutal de autoritarismo. También cuando el entrevistado aspira a que le hagan preguntas complacientes y quiere dirigir la entrevista. No es aceptable. Hay ejemplos recientes. La cuestión: se invita a alguien para entrevistarlo. El periodista tiene el control y el poder: escucha, pregunta y “conduce” el silencio (se lo cala). Intentar que ese entrevistado cambie su manera de pensar y de expresarse, opine y piense como se le antoja al periodista es una falta de respeto. Demuestran la falta de democracia y tolerancia de quienes aspiran -obsesivamente- conseguir la hegemonía comunicacional. 

El periodista sabe que la entrevista es un género informativo, no de opinión. Las opiniones del periodista se pueden o no dar -es una elección- después de terminada la entrevista, especialmente cuando se trata de un personaje de trascendencia. Opinar, analizar y, hasta contradecir lo que se ha dicho, se decidirá en el momento. Interrumpir al entrevistado, ocasiona ruido en el proceso de la entrevista en su más puro sentido. Pensar que los periodistas nos transformaremos en propagandistas, es un insulto. Aspirar a que seamos interrogadores tipo policía, es no conocer el proceso ético y de formación de los periodistas. ¡Da pena ajena! Sale de la pluma de un comunicador social de la UCV!

@EditorialGloria

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