Mantenimiento en el parque
Escrito por Ing. Rafael Diaz Casanova   
Viernes, 24 de Abril de 2015 06:10

altVeintidos años asistiendo cinco días a la semana y caminando cada día entre dos y tres vueltas al Parque del Este nos hace conocedores de casi cada rincón de sus espacios.

Podríamos añadir el tiempo en el que colaboramos cuando éramos estudiantes de ingeniería en la segunda mitad de los cincuenta.

En todos estos años y en las cerca de quince mil vueltas que le hemos dado, hemos recorrido unos treinta y cinco mil kilómetros. El ochenta y seis por ciento de una vuelta al globo terráqueo.

Nunca, en todos esos años y en todos esos recorridos hemos visto el parque en tan bajas condiciones de mantenimiento. Las extensiones de terreno que tienen grama están absolutamente tostadas cuando no desaparecidas. Los árboles se están degradando, hay más de cincuenta chaguaramos muertos y la tiña y el guatepajarito, junto con la desidia, hacen su agosto.

No nos refiramos a las invasiones que han hecho el Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre con un sistema de “inspecciones” que ocupa algo más del treinta por ciento del estacionamiento norte y los vagones del SAIME que desde hace varios años le aportan un número importante de asistentes y vehículos que vienen a tramitar cédulas de identidad.

El sistema de riego “automático” del parque es inoperante y cuando de manera sorpresiva funciona alguno de sus aspersores, seguramente que envía el agua adonde no se necesita.

Pero la guinda de la torta la encontramos en los trabajos de llegada al parque del llamado “Puente Independencia” enorme monstruo que pudiera anunciar la invasión desde La Carlota con aviones 747. Su escandalosa presencia anuncia talas importantes e inconvenientes.

No podemos dejar pasar bajo la mesa las intervenciones que se han hecho con la construcción de la estación del metro y los cambios que se están realizando en los accesos desde la Avenida Francisco de Miranda. Tampoco se nos olvida la sustitución ideológica de la Santa María de Cristóbal Colón por el Leander de Francisco de Miranda.

El parque está saturado de incompetencia. Está abandonado de vigilancia… a pesar del cuartel de la Guardia Nacional que solo aporta motociclistas intempestivos. Y ausente del mantenimiento que sus plantas y fauna silvestre merecen.

Como ciudadanos libres de la ciudad de Caracas queremos elevar una petición por el respeto a un parque que por más de cincuenta años ha brindado espercimiento y salud a sus visitantes y constituye un pulmón fundamental de la ciudad de Caracas.

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@rafael862



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