Ayer, en un cafetín de un barrio petareño me tomé un café con un amigo de la zona y junto a nosotros estaba encendida una discusión

 entre dos parroquianos sobre el contrato que firmó Pablo Sandoval con los Medias Rojas de Boston. Para los que no saben quién es Pablo, les informo que es un jugador de béisbol venezolano que firmó un contrato por 95 millones de dólares por 5 años. Uno de los amigos le decía al otro: “Ahora el Panda, que es el sobrenombre de Sandoval, se volvió un multimillonario que quiere comprarse un avión privado y una isla en Tahití, que bolas”; su interlocutor le respondió “mira eso es la compra del capitalismo a un jugador emblemático de Venezuela”; a lo que el primero le respondió: “No pana sácame ese chavismo pendejo tuyo, dime a quién explotó el Panda, pa meterse esa bola de billete?” a lo que el presunto chavista solo atinó a responder “nada pana, aquí hablando pendejadas”.

Me cuentan que Maduro se puso a defender la sexodiversidad en una cadena nacional y atacó y multó a Televen por un comentario supuestamente homofóbico. No sé qué dijo exactamente, ni en qué contexto, ni siquiera si es verdad, pero eso coincide con un rumor que viene corriendo desde hace varios días, donde la planta televisiva fue comprada por un chavista, presuntamente Al Aisami, y la negociación se cerrará en enero del año que viene; si es así, entonces eso fue para hacerle la cama al nuevo propietario y hacer creer que la compra tiene que ver con una visión más moralizadora del espectro televisivo, donde un propietario nuevo sustituye a un viejo empresario de mentalidad retrógrada. Lo patético del asunto es que en este régimen tan machista, a pesar de que muchos de los altos cargos son desempeñados por mujeres, no ha representado ningún avance de género, al contrario, el maltrato femenino se ha incrementado exponencialmente y lo que se discutió en la constituyente de 1999 sobre los derechos de las mujeres se volvió palabras vanas, al punto que aun cuando en el segundo gobierno de Caldera se aprobó la apertura de una casa de protección a la mujer víctima de maltrato de género en los trescientos y tantos municipios del país , pero no se ha construido ninguno de ellos en estos largos quince años. El Ministerio de la Mujer no pasa de ser una entelequia que no protege a nadie. Si las mujeres de Venezuela no saben qué hacer para defender sus derechos cuando superemos a este gobierno machista, me pueden avisar porque yo gozaría una y parte de otra reprimiendo con saña a los tipos que les gusta golpear a las mujeres. Creo que no será necesario, porque conozco a muchas mujeres opositoras con el talento y el coraje para hacer valer los derechos femeninos. La protección a la mujer y el niño es la primera prioridad de cualquier gobierno en cualquier tiempo y en cualquier nivel del aparato del Estado.

La foto del día es una foto publicitaria donde la oficina del gobierno encargada de la supervisión del consumo promociona la compra prudente en un automercado bien abastecido, por parte de una feliz ama de casa. Pero a estos tracaleros no se les ocurrió nada mejor que plagiar una foto de un mercado norteamericano. Estos tipos son tan descarados y piratas que ni plagiarse una simple foto saben hacerlo. Véase la bandera norteamericana al fondo de la foto, al igual que los productos en los anaqueles, inexistentes aquí. Lo peor es que ya ni les da pena cuando les descubren sus trapacerías. La otra foto es del Panda, un negrazo carismático y reilón que disfruta mucho cuando juega béisbol. Lo único malo que tiene el Panda es que es magallanero, pero nadie es perfecto. Ojala el entorno no le malbarate esa fortuna y lo pueda disfrutar siempre y ayude a su familia.