De un breve ejercicio histórico: 24 y 27 de noviembre
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Domingo, 27 de Noviembre de 2022 00:00

altHechos, como los del 24 de noviembre de 1948 y 27 de noviembre de 1992, todavía son necesarios de reflexionar en una perspectiva

que es la histórica y, para ello, nos valemos de las tesis de Germán Carrera Damas. Una fecha, es la del exitoso y literalmente pacífico golpe de Estado que acabó, o dijo acabar, con el proyecto liberal democrático, siendo escasa la resistencia; y, la otra, una frustrada asonada que, a pesar de comprometer a oficiales de alta graduación, prácticamente es unas página olvidada dada la importancia del otro cuartelazo del 4 de febrero del mismo año.


Significación histórica

El fenómeno histórico no consiste en una mera sucesión de hechos aislados,  relatados y susceptibles de una interpretación casuística, ya que, al menos, genera una confusión indeseable. Predominantemente fácticos en los períodos de corta y mediana duración, adquieren significación, comprensión y explicación cabalmente histórica en los más largos  [Carrera Damas, 2016: 41 s.].

En nuestro caso, se evidencia una constante de planteamientos, iniciativas y eventos que marcan una orientación, en el largo plazo, siendo posible captar la “persistencia de la aspiración democrática de los venezolanos”  [CARRERA DAMAS, 2016: 15]. Histórica e historiográficamente, podemos señalar y comprobar sendas tendencias, como la indicada por el citado autor.

Así, encontramos la “persistente vigencia” de una dialéctica de continuidad y ruptura, valorados  los incidentes institucionales y políticos  [Carrera Damas, 2016: 160, 180].  Nos permite distinguir entre el Proyecto Liberal autocrático, el liberal autocrático regionalista y el liberal democrático, compaginados con el tiempo histórico nacional, el internacional y el escenario ideológico y político de cada período.

Luego, podemos subsumir los eventos del 24 de noviembre de 1948 en una tendencia histórica que hable de esa relación dialéctica. Desde que nacimos a la vida republicana, añadidos sus antecedentes,  nos encaminamos hacia la vida democrática, incluyendo sus antecedentes, sobrevinieron reiteradas experiencias liberales autocráticas en Venezuela hasta que inició la etapa liberal democrática en 1945, frustrada en 1948 mediante un particular golpe de Estado que no supo de resistencia alguna, conformándose una Junta Militar de Gobierno, presidida por el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud.

 

La larga marcha hacia la democracia

La Constitución de marzo de 1864, desatendió el Decreto de Garantías del presidente Juan Crisóstomo Falcón del 18 de agosto de 1863, provocando un eclipse que duró hasta el 18 de octubre de 1945.  Pasamos del Proyecto Nacional liberal autocrático, con una posterior y prolongada expresión regionalista, antes de reanudar nuestra larga marcha hacia la democracia, bajos los auspicios de la doctrina de las cuatro libertades proclamada por el presidente Roosevelt, el 6 de enero y la Carta del Atlántico que suscribiera junto al premier Churchill el 11 de agosto, ambos de 1941. No obstante, la primera crisis fundacional de la propuesta liberal democrática la padecemos con el golpe de 1948, prolongándose la autocracia hasta 1958.

En la perspectiva de un extraordinario y extendido plazo es que cobra significación dicho golpe, hasta que emprendemos de nuevo la larga marcha a partir de 1958: ciertamente, tuvo algunas particularidades el evento de 1948,  gestado fríamente con anticipación, con una escasa o nula resistencia, muy diferente a los habituales golpes propinados sorpresivamente   [Solís, 2001]. Y, aunque permite distinguir 1948 de otros acontecimientos similares, más allá de lo anecdótico, convengamos en que la recuperación del Poder Militar remite a la  “Monarquía (que) aún está presente en la sociedad venezolana, como atavismo; y en condición de continuidad”  [Carrera Damas, 2016: 45, 93]. 

Carrera Damas apunta a 1948, como “rebrote de la Dictadura militar tradicional, revestida de nuevo ropaje” [Carrera Damas, 2016: 170], aunque -  calificada por él mismo de desarrollista - es evidente que no volverá a manifestar la típica autocracia de vieja data. Fracasa la autocracia liberal regionalista, por su ineficacia gubernamental y administrativa, y, apenas comenzada la Guerra Fría,  el país petrolero que ya ha diligenciado la adquisición de material bélico en el exterior, desde 1946,  con conflictos potenciales hacia sus fronteras occidental y oriental, la incrementará diversificando a los proveedores extranjeros con algunas reticencias de Estados Unidos  [Hernández González, 2014: 293].

En la perspectiva del largo alcance histórico, no todo hecho lo es y, tan regular los golpes de Estado en 200 años de vida republicana, los hubo de reafirmación del Proyecto liberal autocrático y del autocrático regionalista, y del liberal democrático, caso éste el de 1945 que supo, después, de diez años de autocracia desarrollista para reanudar la larga marcha hacia la democracia. Y será, en el presente siglo,  que volverá, por esa irreprimible dialéctica de la continuidad y ruptura, que nos encontramos bajo otra autocracia signada por una ideología de reemplazo: “El enfoque militarista pretendería consistir, por consiguiente, en intervenir enmendando el mal uso de la Soberanía popular. Sin vacilar para ello en reanudar el secuestro de la Soberanía popular, devolviendo la sociedad a la condición de pasiva receptora de los resultados del ejercicio del Poder por quienes se consideraban investidos de ese ejercicio por la Historia, repercusiones de la denominada Guerra fría” [CARRERA DAMAS, 2016: 28].


Rápida digresión

Un importante conjunto de oficiales superiores, se alzó el 27 de noviembre de 1992 contra el presidente Pérez utilizando la imagen de Chávez Frías y, a pesar de involucrar a la Fuerza Aérea, incluso, utilizando sus aviones para huir del país al fracasar, una mayor trascendencia tuvo la acción del 4 de febrero del mismo año, cuyos cabecillas protagonizaron el gobierno popularmente elegido en 1998. A la postre, el alzamiento únicamente condujo al cambio de la fecha oficial de la aviación militar venezolana, obviada la original de cada 10 de diciembre, cuando fue fundado el componente por el dictador Juan Vicente Gómez, tal como se evaporó el recuerdo del llamado hombre de la franela rosada que apareció en las pantallas anunciando la asonada, manifestación de la vocación autócrata que ha cundido a lo largo de nuestra historia.

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Un par de conclusiones

Es pertinente subsumir los acontecimientos del 24 de noviembre de 1948 en la relación dialéctica de continuidad y ruptura de nuestro proceso histórico que constituye una larga marcha hacia la democracia, en términos estrictamente históricos, aunque la crónica pueda dar cuenta de las diferentes vicisitudes experimentadas ese día, conocer de denominaciones a etapas como la “dictablanda” frente a la dictadura franca y abierta, la conciliación o confrontación con los intereses imperialistas, etc.   [SSanoja Hernández, 2011].  Aparente fracaso el de 1945,  “lo ya sembrado de los valores democráticos, mantuvo la continuidad de La Larga marcha de la sociedad venezolana hacia la Democracia” [Carrera Damas, 2016: 117].

De nuevo, por una parte, en la presente centuria, asistimos a otro eclipse del Proyecto Nacional liberal democrático, por cuenta de una ideología de reemplazo hecha de percepciones totémicas y delirantes que “deben ser desdeñadas en cuanto a su poder vinculante al ejercerse en el ámbito de una mentalidad militarista de bajo nivel cultural”, estimando el bolivarianismo-militarismo como “un producto psicosocial”.   [Carrera Damas, 2005: 62 ss., 119].  Y, por otra, acaso, el mayor de los peligro, tal ideología, desmiente toda interpretación histórica de profundidad y trascendencia, banalizándonos.

 

Bibliografía

CARRERA DAMAS, Germán (2005) “Una ideología de reemplazo”. Editorial Alas de Cuervo, Caracas. 

CARRERA DAMAS, Germán (2016) “Continuidad y ruptura en la historia contemporánea de Venezuela”. Fundación Rómulo Betancourt, Caracas. 

HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Carlos E. (2014) “Venezuela: equipamiento militar en la Guerra Fría (1947-1991)” en: CARDOZO UZCÁTEGUI, ALEJANDRO (Director) “Venezuela y la Guerra Fría”. Editorial Buenos Aires – Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad (USB) – Consorcio Geo, Caracas.

MARTÍNEZ, Solís (2001) “El 24 N 48”. El Nacional, Caracas, 23 de noviembre, en: https://lbarragan.blogspot.com/2011/02/de-nuevo-magnicidio-dos.html

SANOJA HERNÁNDEZ, Jesús (2001) “EL golpe que no llegó de golpe…”. El Nacional, Caracas, 23 y 30 de noviembre, en: https://lbarragan.blogspot.com/2011/06/golpegrafia.html

 

Reproducciones: 

"El Mayor Santiago Ochoa Briceño, Gobernador de Lara y uno de los personajes centrales de la Convención, conversa, whiskey en mano, con el Comandante Carlos Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta Militar de Gobierno, y éste medita, mientras toma un 'pasapalo' “. Élite, Caracas, nr. 1236 del 11/06/1949.

Marcos Pérez Jiménez en el interior de la sede del ministerio de la Defensa, tomada de la página facebookeana “La afición histórica”. 

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