En ausencia de Democracia debemos insistir en la importancia de enseñar a encontrar la veracidad y a honrarla

“En Venezuela es necesario fomentar por medios democráticos y participativos la existencia en el país de servicios públicos

radiotelevisivos de alta calidad y utilidad social, suficientes, complementarios y desgubernamentalizados;

de velar por los intereses de los usuarios de servicios culturales y comunicacionales y, en general,

por el carácter republicano y democrático de las iniciativas públicas en el campo de la cultura y de la comunicación.”[1]

Iniciamos este escrito citando un mandato de marzo de 1992 de la Asociación Civil Comité por una Radiotelevisión de Servicio Público, el cual tenía como iniciativa fomentar la comunicación sin hacer proselitismo político ni beneficiar empresas con un interés particular; a través de la difusión de noticias independientes, participativas y de calidad.  

Por definición los medios de comunicación social están referidos a la expansión y conformación de imprentas, cines, canales radioeléctricos de radio y televisión.  Sin embargo, el desarrollo y trascendencia de ellos estimuló su posibilidad de emitir información en aras de instigar la propagación de criterios ideológicos, razón por la cual han sido considerados como una herramienta básica en la consecución de objetivos políticos, económicos y sociales. 

Los medios convencionales y -en su conjunto- las denominadas redes sociales son canales de información y difusión de las comunicaciones y opiniones, susceptibles de ser usados para respaldar una noticia de forma unidireccional. 

Por el contrario, los hechos democráticos encuentran un gran soporte en el uso responsable de los medios de comunicación, porque es allí donde se denuncian y se exponen situaciones que afectan la libertad y los derechos de los ciudadanos. Sirven de tribuna para informar cómo se desenvuelve la res-pública del país desde el punto de vista político, es decir, la relación de la libertad con el estado de derecho. En este sentido, han sido un instrumento divulgador de las ideas y concepciones democráticas tanto de intelectuales venezolanos como extranjeros. Con esto se pretende reforzar el proceso de educación ciudadana, así como también realzar proyectos democráticos que han sido implementados con la finalidad de que las poblaciones tomen iniciativas innovadoras y las apliquen en la recuperación de la vida democrática. También han servido para discernir sobre la ciudadanía en Venezuela, la situación de los derechos humanos, la libertad; concientizando al venezolano de que la atención a nuestro sistema democrático es el cuidado del futuro del país. 

La democracia, como fundamento del orden político y social con el que se rigen los ciudadanos a través del respeto a los derechos y las libertades humanas, es un régimen político que requiere un cierto contexto para certificar su autonomía y la igualdad política de los ciudadanos, y es en este punto cuando su contenido normativo no puede extraviarse.  Democracia es Libertad, consideración de los Derechos Humanos, legitimidad de las instituciones, orden jurídico confiable. Estas son las premisas del orden democrático: a partir de ellas la democracia puede ofrecer otras conquistas. La prioritaria de todas es la sensibilidad social de los sistemas. Como ningún otro régimen político, la democracia ofrece las posibilidades para su propia reforma. En una democracia pujante los ciudadanos -a través de las imprentas, cines, canales radioeléctricos de radio y televisión, y de las denominadas redes sociales- expresan sus opiniones de consenso o desacuerdo acerca de las políticas implantadas y de su pertinencia o no con la realidad social, así como sobre su aplicabilidad como modelos generadores de cambios.

Aun cuando constitucionalmente Venezuela es una democracia desde 1958, en los hechos  lo que predomina actualmente es la recentralización del país, la persistencia de un sistema electoral con bajo o nulo nivel de competencia,  un sistema político unilateral  y clientelar, un presidente con atribuciones absolutas que actúa  como árbitro ante unos poderes judicial y militar rendidos a sus intereses dominantes, lo que hace que los ciudadanos no puedan combatir democráticamente para recuperar la dirección del país. De hecho, todos estos elementos imposibilitan su re-democratización. 

Hoy expresamos nuestra admiración por los estudiantes de nuevo ingreso en nuestra Universidad de Los Andes, en la recién creada carrera de Comunicación Social de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Facultad de Humanidades y Educación. En tiempos poco democráticos, es muy satisfactorio que nuestros jóvenes inicien saberes universitarios con el compromiso de practicar las condiciones ciudadanas que hacen efectiva una sociedad justa. 

En ausencia de Democracia debemos insistir en la importancia de enseñar a encontrar la veracidad y a honrarla. Por otra parte, la Democracia depende no sólo de los mecanismos de la organización del Poder Judicial o del Poder Ejecutivo sino también de la capacidad de instruir sobre el respeto por el pensamiento de los demás ciudadanos, entendiendo las definiciones concretas de la libertad política y el aprendizaje de la convivencia pacífica y constructiva con los que no piensan como nosotros o son distintos de nosotros.

En tiempos poco democráticos la Comunicación Social es un ejercicio posible de ciudadanía para recuperar nuestra convicción democrática como país y como nación.