Escasez de reactivos: la degradación de la salud en Venezuela
Escrito por Mía Méndez | @miamendezz   
Martes, 14 de Marzo de 2017 00:09

altTres olas de desabastecimiento acorralan al sector diagnóstico, que padece la crisis más profunda de su historia. En 2016 sólo recibieron un 15% de las divisas necesarias para atender la salud de los venezolanos


Sentada en un banco de cemento, una madre vigila la fila que se forma a las afueras del cuarto de juegos del área de  terapia intensiva del hospital JM de los Ríos. Hoy reparten crema de arroz, galletas y un cuartico de jugo de manzana. Si trajo el récipe, quizá le donen los antibióticos que su hijo requiere para el tratamiento de una infección. "Aquí no hay reactivos, me mandaron a un laboratorio cercano para hacer los exámenes de gases, pero ya se habían acabado.  Me fui a otra clínica que los tenía y se los hice, pero el doctor los pedía cada cuatro horas", comentó la señora mientras se levantó para ir a hacer la cola.

Sondeos enfocados en la situación actual del país muestran, que durante los últimos cuatro años, la escasez de reactivos e insumos para diagnóstico ha sido la realidad de muchos venezolanos. El informe anual de la ONG Médicos Por la Salud, indica que en el 2016 el 94% de los laboratorios y hospitales públicos reportaron fallas en su funcionamiento, observándose una “severa escasez de medicinas y suministros médicos, que dificultan las posibilidades de obtener una asistencia médica esencial".

Según el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), desde el año 2013 se ha incrementando la deuda con los proveedores en el extranjero, lo que ha originado la suspensión de los despachos y hasta la anulación de las líneas de crédito. La presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, Judith León, declaró que la magnitud de la crisis en el sector “es tan grave, que en la mayoría de los laboratorios de diagnóstico clínico no cuentan con reactivos para hacer un análisis básico de hematología, ni para diagnosticar y diferenciar enfermedades epidemiológicas como el dengue, el chikungunya y el zika”.

Degradación de los servicios de diagnóstico

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El funcionamiento de los hospitales tipo IV de la capital como el JM de los Ríos y el Hospital Universitario de Caracas, o tipo III, como el de Coche, carecen de la mayoría de los insumos necesarios para diagnosticar y tratar a sus pacientes. Sin embargo, esta severa escasez, reportada en el informe de Médicos Por la Salud, no se limita al sistema público, algunas clínicas privadas han empezado a restringir el servicio de laboratorio sólo para pacientes hospitalizados en sus instalaciones.    

“Ahora tenemos que decidir  qué prueba puede hacerse con pacientes internos o con los que llegan de otros centros. Por ejemplo, las pruebas de coagulación no se las podemos ofrecer a pacientes particulares porque nos quedamos sin éstas para nuestra emergencia. Para nosotros es difícil porque a veces llegan familiares de pacientes hospitalarios, con su muestra en hielo y te toca enfrentarlos. Tienes el conflicto moral de saber que tienes la prueba, pero no la puedes ofrecer porque uno de tus pacientes hospitalizados puede necesitarla”, indicó el jefe del laboratorio de una clínica privada en Caracas, que pidió mantener su nombre anonimato por temor a represalias.  

Los traslados a los laboratorios externos se han vuelto tan comunes, que familiares de pacientes internados en los hospitales se organizan en grupos para compartir los costos del taxi. “A los pacientes de los hospitales le dan las muestras a cualquier hora y deben buscar dónde hacer los estudios. Los médicos tratan de tomarlas al mismo tiempo para que salgan juntos”, comentó la fuente.

La escasez también ocasiona la reutilización de recipientes. En algunos casos, las muestras tomadas en hospitales suelen estar contaminadas y los pacientes reciben resultados con valores alterados. Esto implica que tienen que repetir el examen con una muestra limpia. “Los pacientes llevan pruebas que no son adecuadas y pierden su dinero porque vienen mal preparadas. Lo que era un examen de tres mil bolívares, termina siendo de diez o quince mil”, aseveró la bioanalista Dinorah Guerra.

A veces, la escasez sólo permite conseguir pruebas genéricas. Mes a mes van desapareciendo los reactivos para pruebas especializadas. "Tenemos las manos atadas porque no podemos darle al médico las respuestas que necesita. El paciente tiene la hemoglobina baja y se evidencia una anemia, ¿pero qué anemia es? No lo sabemos, porque no tenemos las pruebas necesarias para responder”, relató Guerra.

Hay otro factor crítico que agrava la situación del diagnóstico. Los profesionales del área enfrentan la disyuntiva de utilizar reactivos vencidos o productos de calidad no certificada, que son importados vía mercado gris. Han aparecido muchas 'empresas de maletín', que ni siquiera tienen registro sanitario y están importando (…) a dólar paralelo”, señaló Antonio Orlando, presidente de la  Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorios y Afines (Avedem)

A nivel de equipos para procesar los reactivos la problemática no es muy distinta. Los laboratorios no tienen la capacidad financiera para adquirir nuevos equipos o reponer los dañados. “La importación de repuestos para mantener los equipos de diagnóstico se encuentra sumamente comprometida, por ese motivo se canibalizan equipos dañados para utilizar algunas de  sus partes en la reparación de otros similares”, denunció Rafael Méndez, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Proveedores de Reactivos, Equipos de Laboratorio y Afines (Asodilab).

Los equipos de diagnóstico en funcionamiento van disminuyendo. De los 36 equipos de resonancia magnética instalados en el país sólo están funcionando nueve, “lo que estamos viendo en las clínicas es que el parque instalado se está muriendo”, advirtió Orlando.


Cronología de la crisis

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Los suministros de los laboratorios dependen casi exclusivamente de la importación. Según Asodilab, un 96% de los equipos y reactivos provienen del exterior. Los contados fabricantes nacionales están enfocados en atender el segmento de los bancos de sangre, pero ellos también requieren divisas para importar materia prima, equipos para y empaques. "Aunque hay producción nacional ha habido una falla en el acompañamiento por parte del Estado. Antes se producían algunos reactivos, pero la falta de dólares pausó esa producción”, acotó una funcionaria del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS).



Desde que se constituyó el control cambiario en el año 2003, el gobierno nacional asumió el rol de proveer las divisas necesarias para atender al sector salud. Sin embargo, las asignaciones han venido disminuyendo progresivamente ocasionado olas de desabastecimiento, que los empresarios del sector ubican en el lapso 2012-2016. En paralelo, el Poder Ejecutivo diseñó un sistema legal que penaliza con cárcel la importación con dólares del mercado negro, inhibiendo así otras alternativas para traer insumos médicos al país.

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El sector de diagnóstico, de acuerdo a Asodilab, requiere 240 millones de dólares anuales para atender en forma óptima la demanda del país. En un escenario con limitaciones podría operar con 150 millones de dólares, sin embargo, en el 2016 sólo recibieron 36 millones, es decir, un 15 % de lo requerido para atender a los hospitales y clínicas. “No solo se asignan pocas divisas protegidas al sector, sino que no tenemos acceso a la tasa DICOM, que alcanza los 700 bolívares por dólar. Además, se mantienen deudas muy antiguas con los proveedores del extranjero. Más del 40% de las importaciones realizadas entre 2012 y 2015 aún no han sido liquidadas por Cencoex, señaló Méndez.

A principios de 2015, el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) lanzó la “Iniciativa salud”, que asigna las divisas a las áreas más prioritarias del sector. Estos pagos empezaron a realizarse “al detal” para facilitar el seguimiento de los suministros que llegaban al país. “Se traían cosas específicas y no crecía la deuda”, explicó una fuente perteneciente a la Vicepresidencia Social. No obstante, durante ese mismo período Médicos por la Salud informó que el país carecía del 55% de los medicamentos y suplementos necesarios para el abastecimiento del sector. El Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA) reportó 3.719 denuncias por deficiencias en el sistema sanitario del país, aumentando en un 40% respecto al año anterior. Asodilab aseguró que, contrario al propósito del gobierno, la deuda con los proveedores continuó aumentando y las líneas de crédito cerrándose.

Dentro del marco de la iniciativa salud, el MPPS otorgó prioridades de presupuesto a los fabricantes nacionales, de acuerdo a la fuente. Sin embargo, al 2016 la directora de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Productos Médico Quirúrgicos y Afines (CAFAME), Carolina Aristimuño, denunció que sólo recibieron 2.9 de los 20 millones de dólares que requerían para reactivar la manufactura en el país.

En fecha reciente, el Presidente de la República, Nicolás Maduro, solicitó un presupuesto mensual de todo el sector salud (farmacéutico y de diagnóstico), para asignar entre 100 y 200 millones de dólares  para su funcionamiento. Este presupuesto aún no ha sido aprobado y el planteamiento inicial es el de ejecutarlo a través de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Cencoex), para que el organismo importe y revenda los bienes a las empresas privadas. 



Lo que no hay...

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Durante un llamado al gobierno nacional, el 31 de Enero del presente año, las asociaciones de pacientes reumáticos, advirtieron que los venezolanos no tienen la posibilidad de realizar los exámenes para diagnosticar, de manera temprana,  su enfermedad. Mientras que los que ya la padecen, no pueden controlar los cambios en la misma,  “simplemente no los hay”, informó Valentina Crespo, médico reumatólogo.

Dentro de los exámenes que escasean se encuentran evaluaciones de la química sanguínea,  exámenes hematológicos, hemocultivos, hormonales, marcadores de cáncer, pruebas de autoinmunidad, despistaje tiroideo para análisis de electrolitos, enzimas cardíacas, entre otros. “Todas las áreas de diagnóstico están con fallas”,  declaró Carlos Canelón, presidente de Asodilab.

El  jefe del laboratorio de la clínica privada, aseveró que para inicios de este año no contaban con reactivos para realizar la electroforesis de proteínas. “Tenemos ya ocho meses sin estos reactivos. Tampoco podemos referir al paciente a otro laboratorio, porque nadie los tiene en Venezuela.  Electroforesis de hemoglobina, que es importante para el diagnóstico de anemia, no  la hay en ningún lugar. Pasamos casi seis meses sin hemocultivos, no hay laboratorios que estén trayendo estos reactivos”, denunció.

¿Hay futuro para el sector?

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El 2017 se vislumbra aún más crítico para el diagnóstico. Los proveedores del extranjero no reciben pagos de Cencoex desde octubre del año pasado, según reveló Asodilab. Todo parece indicar que el retraso en la liquidación de divisas se extenderá hasta el segundo trimestre del año, dado que el gobierno enfrenta pagos de la deuda externa cercanos a los 3 billones de dólares en abril. Esto permite pronosticar una mayor penuria en los laboratorios.

“Aún mantenemos la mentalidad de la Venezuela saudita, tenemos que aprender a trabajar en medio de la crisis. Los médicos venezolanos se han acostumbrado a usar lo más nuevo en el mercado y eso implica un gasto innecesario de recursos. Hay que determinar las prioridades y eso es lo que hemos logrado hacer durante esta época”, aseguró el alto funcionario del ente gubernamental.

El volumen de divisas liquidadas durante 2016 se redujo en un 84,25% en relación a los montos aprobados en 2013. Esta última cifra supera ampliamente a la caída del ingreso nacional en el mismo período (70,79%). A juicio de Rafael Méndez, “esto evidencia que el gobierno extrae los escasos recursos disponibles para el sector salud y paga la deuda de PDVSA”.

La única solución aparente es la cancelación de la deuda con los proveedores y así reactivar el motor importador ofrecido por el gobierno. Sin embargo, hay un obstáculo identificado, en forma unánime, por los involucrados en la gestión de la salud: la rotación de ministros de la salud dificulta el manejo de las asignaciones pendientes. “El cambio permanente de ministros genera un retraso en los procedimientos, pues cada uno viene con ideas personales de cómo gerenciar. En tres años han nombrado a cinco ”, comentó la fuente vinculada al despacho gubernamental. "Es imposible diseñar e implementar una política seria en salud si cada 6 o 7 meses cambian al ministro”, acotó Rafael Méndez.

Voceros del sector coinciden en la urgencia de diseñar políticas públicas de salud y ceñirse a éstas. “Las políticas de salud tienen que cambiar, se le debe dar el mismo peso al sector farmacéutico y al diagnóstico, pues en ambos estamos tratando personas” explicó el especialista del laboratorio privado. Mientras que el funcionario del Ministerio de la Salud recomendó adaptarse  a la situación crítica, sugiriendo  que “el tema de la  salud no debe teñirse de política”.


|*|: Reportaje escrito por María Gabriela Méndez Fernández, tesista de la Universidad Monteávila, como proyecto final de carrera


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