El fogón de América Latina
Escrito por Alexis Aponte | X: @alexisaponte14   
Martes, 12 de Noviembre de 2019 00:00

altLa pregunta de todos los dìas a nivel mundial es: ¿Qué está pasando en el mundo con el tema de la gobernanza?

Porque la realidad se expresa en un descontento juvenil frente a las democracias clásicas, la vida republicana y el ejercicio del poder de quienes lo detentan.

En el caso de latinoamérica es más evidente. La protesta es contra gobiernos de centros, de centros derechas, de derechas, de izquierda y los llamados socialistas del siglo XXI. Cualquier excusa es suficiente para disparar la protesta, y en nuestros países sobran: el aumento del precio de la gasolina, el acceso a la educación superior, el incremento del pasaje, el deterioro del salario real, la precariedad de los salarios mínimos, los sistemas de pensiones que no alcanzan para la manutención mínima, la salud pública que deja mucho que desear en toda la América Latina, la desigualdad y el maltrato de género. 

En países donde existen ​comunidades indígenas estamos presenciando su desplazamiento, la extinción mediante la violencia y explotación deliberada de esas etnias, sin que los gobiernos regionales y nacionales ejerzan la protección debida. Esta práctica causa enorme repudio en los movimientos ecologistas, organizaciones no gubernamentales y en la población joven. 

Hay otras razones de gran peso en estos movimientos de protestas, nos referimos a la corrupción pública y privada. Los jóvenes y la sociedad en general no cree en los políticos y menos en los gobiernos. Los partidos políticos que antes eran las columnas del juego democrático, hoy día son detestados por los ciudadanos comunes, porque se han convertido en franquicias de empleos, de dádivas y corruptelas, porque no dicen la verdad y la brecha entre lo que prometen, dicen y hacen es cada vez más grande. 

La democracia como sistema político, luce agotada y sin respuestas, ante una sociedad compleja, informada y con cambios significativos que están afectando a la población en general. La manida oración de “creación de oportunidades” no se está materializando, por el contrario, los jóvenes perciben menos oportunidades. El porcentaje de desempleo juvenil en algunos países desarrollados ronda el 28%, y en latinoamérica es superior a la tasa promedio del mercado. Si antes un joven aspiraba estudiar en una universidad, graduarse, conseguir un trabajo con una remuneración adecuada, comprarse un carro y luego vivienda, eso hoy dìa, no es posible, o por lo menos, es bastante difícil. 

El desarrollo tecnológico está desplazando personas de numerosos oficios que demandaban mano de obra. La innovación en modelos de negocios eficientes como UBER, las transacciones en línea, los bancos digitales y la virtualidad, están contribuyendo a un incremento del desempleo. Con el agravante, que nadie, ni el sistema económico, ni el sistema político, y menos los gobiernos, elaboran y desarrollan políticas públicas dirigidas a preparar a todos esos hoy empleados, para que puedan asumir nuevos roles o emprendimientos (aquí tenemos una oportunidad para minimizar el problema). 

Para dejar a un lado el tema económico y social, abordamos algunas excusas esgrimidas por especialistas, que argumentan el desarrollo de un plan global de la izquierda continental y global, para desestabilizar a las democracias occidentales. Eso es cierto, pero también es verdad, que si no existiera todas esas inequidades económicas y sociales, ésos grupos desestabilizadores la tendrían más difícil llevar a cabo sus planes destructivos. 

El Foro de Sao Pablo es una realidad, con su caterva de gobiernos corruptos, guerrillas, auspiciadores del narcotráfico, lavado de dinero, corrupción y desestabilizadores por excelencia. Tienen un objetivo internacional y desarrollan una estrategia, hasta ahora eficiente, con una ventaja, son gobiernos societarios y solidarios en su plan macabro. Mientras, que los diferentes gobiernos democráticos, actúan, cuidando las formas, pero no el fondo, con solidaridades relativas, ven más hacia lo interno, y no piensan que la geopolítica de estos tiempos es global y por lo tanto requiere un concurso de políticas dirigidas a enfrentar los peligros globalmente. 

Para concluir es necesario plantear la necesidad urgente de ​estudiar todos estos fenómenos ​para dar elaborar soluciones adecuadas. Esto son temas para los sociólogos, antropólogos, economistas y academia en general. Investigar el descontento social local y en forma articulada a nivel internacional y aportar soluciones que contribuyan a la construcción de una nueva gobernabilidad. 

Tenemos que refundar la democracia y el ejercicio democrático, los sistemas de gobierno y la administración pública, su funcionamiento debe ser eficiente, hasta más allá del último rincón de nuestros países. Recuperar la credibilidad en las instituciones del estado es una tarea pendiente y eso implica garantizar y respetar la independencia de poderes. Definitivamente, debemos erradicar de raíz la reelección presidencial. Los gobiernos se agotan, las mismas personas se cansan y cansan a la audiencia. Los mensajes pierden vigor y no enamoran a la gente. La democracia tiene que entregar y rendir cuentas y algo importante: mercadear los logros. 

Tenemos que ​refundar los partidos políticos​, no con nuevos partidos, sino una nueva manera de relacionarse con los diversos estamentos sociales. Los políticos deben ser más luchadores sociales y ser coherentes en su manera de; pensar, hablar y actuar. Tienen que someterse al escrutinio público y llevar una vida coherente con su quehacer. No puede ser que un político comience su carrera pobre y termine al cabo de unos años rico. Ese còmo tiene que explicarlo. Si no, seguiremos con un índice de credibilidad baja. 

El sistema capitalista y el sector privado en especial, debe estudiar estos temas. Necesitamos empresas y empresarios con mayor sensibilidad social. No es suficiente desarrollar tìmidos programas de Responsabilidad Social. Más aún, algunos estudios, empiezan a reflejar, que los modelos actuales de proyectos de Responsabilidad Social están agotados, no dan respuestas a los problemas de esta sociedad compleja. Un presidente venezolano (Luis Herrera Campins) dijo alguna vez: “...no era posible, que existieran empresas quebradas y empresarios ricos) se dirigía a los dueños de las empresas en bancarrota. Hoy dìa lo vemos en banqueros con bancos quebrados e intervenidos, pero ellos millonarios y ninguno preso. 

Hoy día la crisis rodea al ciudadano común, el sistema capitalista está siendo cuestionado, las democracias están en crisis, los partidos políticos y los políticos perdieron la magia. Las protestas son una realidad y en muchos casos hay razones para ello, pero sin estabilidad política y social, no hay empresas, no hay emprendimientos, no hay democracia y colapsa el sistema, el cual no es el mejor, pero es el mejor que hemos conocido. 

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