Trump, el NAFTA y el Libre Comercio
Escrito por Emilio Nouel V. | @ENouelV   
Domingo, 10 de Septiembre de 2017 08:56

altEl  señor Trump tenía entre sus planes de gobierno sacar a EEUU del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA o TLCAN)

y del Acuerdo Transpacífico (TPP), dos instrumentos internacionales para expandir y profundizar la interdependencia económica global.

Algunos han señalado que Trump debe al tema del comercio, más que a cualquier otro asunto, su triunfo electoral. El discurso proteccionista –“America first”- contrario al libre comercio y antiglobalizador, caló en gran parte de los votantes, lo que le permitió alcanzar la primera magistratura. 

A partir de una visión equivocada y anacrónica, desconocedora de la importancia histórica del intercambio exterior para su país, el presidente norteamericano pretende volcar la economía hacia adentro, toda vez que atribuye a las relaciones económicas internacionales, al libre comercio, en definitiva, los problemas que sufre EEUU en ciertos sectores otrora pujantes, como es el caso del automotriz.

El primero de los tratados mencionados cumplió 23 años de existencia y el segundo apenas había sido firmado y esperaba por su ratificación en el Congreso, cuando arribó a la Casa Blanca.

En relación con el NAFTA ¿Cuál es el balance en general para EEUU a la fecha?

Si bien el comercio de EEUU con Latinoamérica y el Caribe ha declinado en los últimos tiempos, con sus socios de Norteamérica ha sido todo lo contrario. Sólo en 2016, alrededor de un billón de dólares en el intercambio de bienes y servicios con Canadá y México, y un incremento de inversiones mutuas como nunca antes. En 2015, las inversiones extranjeras directas canadienses en EEUU alcanzaron la suma de 269 mil millones de dólares y las mexicanas 16 mil millones. Las estadounidenses en ambos países montaron 353 mil y 92 mil millones de dólares respectivamente, el mismo año. 

Obviamente, en casi todos los aspectos, cuando se examinan  las frias cifras, el más favorecido en el proceso ha sido México, a pesar de los pronósticos de aves agoreras que al inicio de la integración decían que este país iba a salir trasquilado. (Ver Bureau of Economic Analysis database). Entre 1993 y 2016, las exportaciones mexicanas pasaron de 53 mil millones a aproximadamente 400 mil millones de dólares. Otro gran logro ha sido el desarrollo de las cadenas de valor que se han establecido, en especial, la del sector automotriz, recordándonos que hoy la integración no se trata solo de intercambiar mercancías sino también de producirlas conjuntamente.

No obstante, desde que es presidente, en varios temas, Trump se ha echado para atrás o lo han hecho retroceder. En lo de la salida del TLCAN ha ocurrido otro tanto, y su administración emprendió acciones para renegociar el Tratado, descartándose, aparentemente, la intención inicial.

Al respecto puede decirse que no están claros los objetivos del gobierno norteamericano en esta negociación, sobre todo por el ruido que hacen los tuits irreflexivos y las declaraciones contrastantes de algunos funcionarios gubernamentales. Se dicen cosas para la galería pero en privado se afirman otras. No se sabe si esta conducta contradictoria forma parte de posiciones realmente distintas o si es una estrategia para la negociación. Esto tiene a los negociadores de los otros dos países en una postura cautelosa y expectante aunque firme, de cara a ciertos puntos que juzgan inmodificables o de difícil reversión. Las reglas de origen y el mecanismo de solución de controversias son temas en discusión que aún quedan por dilucidar en negociaciones en marcha.

Importantes sectores económicos de EEUU saben que salirse del acuerdo es un error. Seria despreciar exportaciones anuales de cientos de miles de millones de dólares. Es una descomunal irresponsabilidad poner en riesgo esa cifra de negocios para las empresas estadounidenses.

Para Canadá y México, país recientemente invitado a la reunión de BRICS, es un problema esta incertidumbre, de allí que ya estén considerando otras alternativas en el caso de que lo peor suceda, es decir, que el tratado preferencial quede sin efecto, y entren, en consecuencia, a operar las normas de la OMC. 

Desde su fundación, EEUU siempre fue un país abierto al mundo en materia económica y una de las claves de su desarrollo extraordinario está en la política de libre comercio.

Resulta, por tanto, injustificable, en una época en que la interdependencia global cada día se profundiza más, con sus mejores efectos, que el país que ha contribuido fundamentalmente con ella, se retraiga sobre sus fronteras,  afectando no solo al mundo sino a sí mismo.  Los chinos, obviamente, aprovecharan esta deriva que les permitirá afianzarse en nuestro hemisferio, tal y como lo han venido haciendo progresivamente en la última década. 

Ojala el alejamiento comercial que algunos señalan estaría planteado por EEUU respecto no solo de sus socios del NAFTA, sino también del hemisferio americano en general, sea revertido. El libre comercio y la integración son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo de todo el continente.

Desde Latinoamérica aspiramos a un acercamiento cooperativo mayor y a una integración hemisférica consolidada, que apunten a una presencia global vigorosa de nuestro continente. Y en ese propósito la política responsable y acertada que adelante EEUU es capital.

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