Es claro que de todos sus 'riesgos' el único verdadero es la inestabilidad de su gobierno y de su proyecto político del socialismo del siglo XXI, no el de su pueblo, porque nadie tiene nada en contra del pueblo venezolano. La Orinoquia no es solo de él, también es de Colombia

El mundo del siglo XXI está inmerso en una dialéctica táctica entre el terrorismo y el narcotráfico y ha hecho a un lado el debate público y abierto de uno de los aspectos estratégicos más importantes que es la geopolítica. Pero es a través de la dinámica que se le ha imprimido al desarrollo de  estos dos elementos como se ha ido organizando y reacomodando estratégicamente el planeta en la actualidad.

Estamos ya muy cerca de conmemorar los 100 años de la construcción del canal de Panamá. Seguramente dentro de poco tiempo comenzaremos a leer y a ver en los medios de comunicación mucha publicidad sobre lo que significó la construcción de esta maravillosa obra de la ingeniería naval, y que en la actualidad está siendo ampliada sobre los trazados que se dejaron allí hace una centuria. Es decir, los norteamericanos  construyeron un canal para siempre y lo han venido cuidando con un gran sigilo desde el mar de Balboa, primero desde sus bases militares en Ciudad de Panamá durante 90 años, luego durante 10 años desde la base de Manta, en Ecuador, y ahora lo harán desde Bahía Málaga, en Colombia. Y lo hacen desde allí porque  el mar de los caribes es muy transitado; hay mucho ruido, pues en él existe un gran y variado vecindario.

El coronel Chávez, presidente de la hermana y querida república de Venezuela, nos presentó hace unos días durante la crisis de los lanzacohetes una finta más de engaño sobre sus temores por la ampliación de los convenios del apoyo norteamericano a nuestro país. En ella nos mostraba, a través de un calco y de medios visuales, tres elementos que para él tienen especial  riesgo (y sus noticieros lo enfocaron muy bien para que quedara muy clara su maniobra de engaño en nuestras retinas): 1) no habló de una posible invasión a su país, sino de un posible derrocamiento de su gobierno; 2) de las reservas de  petróleo del Orinoco, y 3) de la Amazonia y toda su riqueza.

Es claro que de todos sus 'riesgos' el único verdadero es la inestabilidad de su gobierno y de su proyecto político del socialismo del siglo XXI, no el de su pueblo, porque nadie tiene nada en contra del pueblo venezolano. La Orinoquia no es solo de él, también es de Colombia, porque compartimos juntos las riberas de ese majestuoso río, y la Amazonia es de casi media  América del Sur. Una vez más busca que todos quedemos inscritos dentro de su política.

Lo que sí nunca va a hacer el astuto coronel gobernante es mostrarnos su verdadero objetivo geopolítico y estratégico. Es lo normal en un teórico de batallas como él, o en quien haya participado en algún taller de negociación eficaz. Y ese objetivo principal de Hugo Chávez es el Canal de Panamá. Para eso ha ido creando poco a poco un cerco estratégico en torno al istmo, simpatizando con quienes son vecinos de ese paso marítimo.

Una vez ganada la simpatía del actual gobierno ecuatoriano, influye en él para que este ordene levantar la base de Manta y así  alejar del canal la seguridad de su tránsito. El gobierno de Nicaragua, que es también su aliado, es la plataforma más cercana que tiene hacia el canal, la cual estaba consolidando y ampliando con el gobierno de Honduras. Por esta razón, lo ocurrido en este país lo ha sentido como un duro golpe. Luego, a los pocos días, siente un nuevo y sentido revés cuando se entera entonces de la ampliación del acuerdo de cooperación entre Colombia y los Estados Unidos, lo cual desata su ira y su vocabulario soez, que aun con el pasar de los días no ha cesado, pues sigue lanzando contra Colombia, una nación soberana y digna, toda clase de ofensas, con unas palabras que no son la costumbre entre nosotros para tratar nuestras diferencias. Por eso bien hace el país en no responderlas y  en acudir a las instancias superiores, de acuerdo con la diplomacia y el orden mundial.

Pero el gran  obstáculo es Colombia, pues el otro vecino con el que limita  la república de Panamá es Costa Rica, que siguió el camino del pacifismo y la neutralidad al disolver su ejército, entre otras razones, por estar geográficamente allí. De lo contrario, seguramente sería en la actualidad objeto de críticas y de amenazas por parte del coronel Chávez o del presidente de Nicaragua para poder acercarse al canal. Pero es Colombia el obstáculo que él debe franquear para lograr su gran  objetivo geopolítico, que ahora se le torna más infranqueable  con la ampliación de los acuerdos de cooperación, pues  ha sido históricamente más sencillo expulsar una base norteamericana de un suelo extranjero que eliminar un acuerdo o tratado con ese país. ¿O no le ha sido difícil deshacer los acuerdos comerciales y económicos con Estados Unidos para poder vender su petróleo en otros lugares del mundo?

¿Qué le quedaba al coronel Chávez después de este desplome de su política expansionista? No podía involucrar a más países ni del norte, ni del sur del continente, pues estos están en sitios muy distantes y tienen su propia dinámica geopolítica. Entonces, habló con el presidente del Brasil, la única potencia suramericana, involucrada por él en este asunto cuando se refirió a la Amazonia, para que conversara con el presidente de los Estados Unidos y este le contestó que ese tema mejor lo trataban en el club, G-20, pues de los temas importantes no se habla en la calle.

Los colombianos  hemos estado y estaremos ubicados geográficamente en el puente que une a las Américas y tendremos que aprender a manejar por el resto de nuestra existencia como nación, como Estado y como país, con terrorismo y narcotráfico o sin ellos, estos temas geopolíticos, con los que viviremos siempre, con la mayor madurez política y diplomática, pues los asuntos de seguridad en este punto del hemisferio  están, como vemos, a un más alto nivel.